EL MIRALL DE FOTRE. LO BUENO QUE ES HACER EL AMOR
El autor se basa en autores clásicos como Hipócrates y Galeno para
hacer esta afirmación. Hacer el amor aclara el entendimiento y calma la ira,
pero no hacerlo nos puede llevar a la muerte.
“Algunos afirman que nunca es
bueno hacer el amor. Los que hablan así dicen una gran mentira. Sólo hay que
ver lo que pensaban del tema los grandes sabios Hipócrates y Galeno. Este
último escribe, en la séptima práctica de su libro sobre los miembros
compuestos, que los hombres jóvenes que tienen mucha esperma y tardan demasiado
en hacer el amor tienen la cabeza pesada, se calientan, pierden el apetito y,
en consecuencia, mueren.
(…)
“Galeno afirma en el libro del
‘Arte Práctica’ que hacer el amor es muy bueno para los hombres jóvenes porque
ello evita la pesadez, seca el cuerpo, aclara el entendimiento, disipa los pensamientos y calma la ira. Es
excelente para los melancólicos y los depresivos. También es un buen remedio
para las enfermedades de la flema. Hace provecho a los hombres flemáticos:
comen mucho y digieren bien.
(…)
“Galeno afirma en otro libro que
le amor aclara el pensamiento, modera la pasión y los ardores sexuales del enamorado,
incluso si no lo hace con su enamorada. En efecto, el cuerpo no queda
satisfecho sino cuando el semen ha sido convenientemente expulsado, porque la
naturaleza no ha hecho nada por que sí, habiendo puesto cada cosa en su lugar y
el su órgano. Si se quiere conservar la salud hay que hacer el amor con
asiduidad, pues de lo contrario se puede enfermar.”
A veces hay problemas para hacer el amor derivados de la impotencia.
Hay que ver si su origen es sicológico. Apela a un remedio infalible: hay que
tener ganas de hacer el amor.
“La impotencia de origen
sicológico aparece cuando el hombre tiene vergüenza o miedo, y no llega a hacer
el amor.
(…)
“Cuando notamos que mengua la
potencia a la hora de hacer el amor, hay que vigilar la voluntad y hay que
verificar si la razón es de tipo sicológico. Hay dos maneras de saberlo:
comparar los síntomas físicos con los de otro hombre. Si no indiquen una mengua
natural de esperma y que la dieta alimentaria es tal que no puede favorecer
esta mengua, ni helar el esperma, la causa es de tipo sicológico. Hay que tener
en cuenta que cuando el hombre se haya desembarazado de la razón sicológica en
el origen de la mengua de la potencia, el cuerpo cobrará de nuevo su estado
anterior.
(…)
Suplica a aquel que padece de
impotencia que siga los consejos de este libro, pero sobretodo la de tener una
voluntad firme: la de hacer el amor.