El Románico erótico

El feudalismo en la Península Ibérica
 
 En la Península Ibérica el feudalismo tiene una serie de rasgos característicos, al menos hasta el siglo XII:
 
 a)   La llamada “Reconquista”: las poblaciones más cercanas a la frontera con los musulmanes gozaban de mejores condiciones de vida que las de las zonas más alejadas. Así se facilitaba e incentivaba la repoblación de las zonas que se iban conquistando.
 
b)   La pervivencia de estructuras tribales en el norte de España, no romanizadas ni tampoco “civilizadas” por los visigodos. Son zonas que se resistirán al dominio del poder feudal. Es sintomático que en tierras cántabras y vascas no hubo sedes episcopales hasta muy entrada la Edad Media.
 
En la Castilla de los primeros tiempos, prácticamente hasta su unión con León en el siglo XIII, la estructura de la clase dominante es muy débil, a diferencia de Galicia, León o Navarra /País Vasco. Castilla no cuenta en estos momentos con una nobleza y una Iglesia consolidadas. Hay que añadir que los condes castellanos no pueden someter a sus campesinos a condiciones muy gravosas, puesto que los necesitan como base social fiel para hacer frente a los reinos vecinos: León por el este, Navarra por el oeste y los musulmanes por el sur.
 
No es casual, pues, que el epicentro del románico erótico se localice en Cantabria y en las comarcas del norte de Palencia y Burgos, en el siglo XII, bajo el dominio de Castilla, como reflejo de costumbres y ritos tribales ancestrales.
 
No obstante, en el siglo XII el feudalismo como sistema económico ya está perfectamente instalado en toda la España cristiana: los campesinos han de  pagar un arriendo por sus tierras, han de entregar al señor parte de su cosecha y han de trabajar gratis en las tierras de su amo. Lo mismo que en toda Europa. Aun cuando la feudalización de España no era total, “se dan numerosas instituciones sociales, como el vasallaje, el beneficio o prestimonio y la inmunidad, que llevan a la constitución de señoríos básicos y eclesiásticos, pero ni el régimen señorial se generalizó suficientemente, ni el grupo nobiliario adquirió conciencia como tal” (fuente:UNED) hasta los siglos XI-XII. A partir de 1230, cuando se unen Castilla y León, el proceso de feudalización se acelerará y las condiciones de vida de los campesinos castellanos empeorará dramáticamente.
 
 
Tropas medievales
 
 
Sin embargo, el feudalismo debería haberse implantado rápidamente en el primitivo reino astur-leonés. Estos reyes y nobles, que provienen de la vieja aristocracia visigoda y se reclaman herederos del Reino Visigodo, estaban ya inmersos en un proceso muy avanzado de feudalización cuando se produjo la invasión musulmana en el 711. Pero la feudalización se retrasa porque choca con la estructura tribal -pequeña propiedad agraria y propiedades comunales, así como sistema de creencias paganas- de los pueblos del  norte.
 
Esta tensión debió durar hasta los siglos XI-XII, aunque en el plano ideológico y de costumbres pervivió bajo diversas formas en los siglos siguientes. Por ejemplo, la filiación materna se mantuvo largo tiempo, primero directamente, y luego a través del hermano de la madre, lo que refleja, en este caso, el  avance de los hábitos patriarcales.
 
Era normal que  en el siglo X las comunidades rurales castellanas negociaran sus condiciones con los nobles y eclesiásticos. Por ejemplo, en Castilla el campesino podía romper su dependencia con el noble de turno y elegir otro, y también podía moverse con libertad por el territorio. Esta forma de relación feudal se conoce como behetría: “El hombre de behetría debía obediencia (obedientia) y servicio (fidelem servicium) a su señor que, a cambio de ello, les aseguraba su defensa en todas las circunstancias, y especialmente ante la justicia. Pagaba un cánon módico, podría romper libremente el vínculo que le unía con su dominus, pero en tal caso debía tomar otro. Su libertad de movimientos era completa. La behetría podía revestir también una forma colectiva, abarcando a todos o a una parte de los hombres de la villa” (1)
 
 
 
Cambios en la relación de fuerzas cristianos – musulmanes en el siglo XII
 
Cuando desaparece el Califato en 1031 y surgen los reinos de Taifas, las musulmanes ya no pueden oponerse eficazmente al avance de los reinos cristianos. Se puede decir que, a partir de este momento, los reinos cristianos toman la iniciativa.
 
La frontera en el siglo XI se situaba en el Sistema Central, para alcanzar en el siglo XIII –después de la batalla de las Navas de Tolosa- las cuencas del Guadiana y el Guadalquivir. Los reinos cristianos se contentarán con cobrarles las parias a los reinos de Taifas, y la llamada “Reconquista” se detiene hasta finales del siglo XV, cuando los Reyes Católicos conquistan el Reino de Granada.
 
La guerra fue un factor económico decisivo para los reinos cristianos: proporcionaba grandes ingresos (sea por la conquista directa, sea por las parias de los reinos de Taifas) y permitía un floreciente comercio de artículos provinentes de Europa, aunque ello perjudicó a la artesanía y al comercio de productos locales.
 
 
 
Asalto a un castillo
 
 
 
Algunos datos sobre Cantabria
 
Como venimos diciendo, la ampliación del reino astur hacia territorios cántabros y vascos contó con muchos problemas, debido a la estructura tribal de estos pueblos.
 
Los monarcas asturleoneses recurrieron a matrimonios entre nobles asturianos y mujeres de la aristocracia tribal vasca o cántabra, aunque, ante la ausencia de resultados, la intervención militar era la que hacia acallar la resistencia de los pueblos cántabro y vasco. De la misma forma, la aplicación de la normativa judicial visigótica contenida en el Liber Iudiciorum no era entendida ni aplicada por unas tribus a las que les bastaba las costumbres de toda la vida para organizarse y convivir.  
 
En tiempos de Fruela (747-768) se producen fuertes levantamientos de campesinos vascones y gallegos, contrarios al proceso de feudalización. Las crónicas de la época se refieren a que <<Fruela ... a los vascones, que se habían rebelado los venció y sometió... Silo ... a los pueblos de Galicia que se rebelaron contra él los venció en combate>>.
 
A raíz de la invasión musulmana, la presencia de gentes que huían de más al sur, tiene una clara incidencia en el norte de España. El primitivo reino astur no se entiende sin la combinación de dos elementos: los nobles y las gentes venidas de las zonas ocupadas por los musulmanes (que siguen el modelo del reino visigodo, en avanzado proceso de feudalización) y la población autóctona, que resiste desde hace siglos a cualquier intento de dominación. Reflejo de la influencia de las gentes que han venido del sur es que, en los siglos VIII y IX, se aprecian roturaciones de nuevas tierras y la fundación de poblaciones, iglesias y monasterios.
 
Para la época de que estamos hablando, la población cántabra en torno al siglo XII era numerosa: una densidad superior a los 5,5 hab/km2 en la montaña y a los 6,6 hab/km2 en la media montaña. Son cifras que, para este momento, equivalen a sobrepoblación. 
 
Como muchas mujeres morían en el parto, el número de hombres era muy superior al de féminas; por ello, había muchos varones solteros (se supone que un 50%; fuente: UNED). El 32% de los niños moría antes de cumplir los 10 años. La media de hijos era de 3,17 niños por pareja. El promedio de vida estaba en los 44 años en los siglos XII y XIII, y bajó a los 36 años en el siglo XV debido a las pestes y hambrunas que tienen su inicio en el siglo XIV.
 
 
 
Símbolo cántabro del sol