El Románico erótico.
 
El contexto europeo
 
 
 Europa experimenta un gran crecimiento económico en los siglos XI y XII. El cambio se comienza ya a notar en el siglo X, cuando la población aumenta gracias a las mejoras en las técnicas de cultivo y la consiguiente mejor alimentación. En estas condiciones, las pestes y las hambrunas –que fueron los azotes de las poblaciones durante toda la Edad Media- casi llegaron a desaparecer.
 
 Según el medievalista G.Duby, la rentabilidad de los campos en el siglo XII era casi el doble de la que había en los tiempos carolingios, 400 años antes. Tal incremento de productividad sólo se volverá a repetir en los siglos XVII y XVIII, con el desarrollo del capitalismo frente al feudalismo.
 
 Con el excedente de producción, en los siglos XI y XII se favorece el comercio como actividad económica esencial. A partir de ahí, florecen actividades como la artesanía y se construyen nuevas ciudades. Se formarán grandes fortunas de nobles feudales y comerciantes, a unos niveles hasta entonces desconocidos, mientras que las grandes masas de campesinos se han de contentar con las migajas de una época económica de prosperidad. En este punto, el Románico dejará paso al Gótico.  
 
 
Calendario medieval, indicando los trabajos de los campesinos
 
 
En el terreno ideológico, un cambio trascendental se fragua a partir del siglo XII:
 
           a)   En el campo filosófico, se imponen Alberto Magno y Tomás de Aquino con el neoaristotelismo, que da preeminencia a lo que se capta por los sentidos y al uso de la lógica y la razón, frente al neo-platonismo de San Agustín y su mundo de las ideas, que había imperado en los siglos anteriores. Aunque las creencias religiosas siguen siendo la médula de todo el pensamiento filosófico, comienza a abrirse camino la idea de que la razón y la observación de  la Naturaleza son fuentes del conocimiento.
 
     b)   En el Románico final de los siglos XI y XII los temas que se representan ya no son estrictamente religiosos. Abundan las escenas de la vida cotidiana (escenas de caza, campesinos en las labores del campo…), animales no-monstruosos, o temas cargados de sensualidad y, en algunas zonas, de erotismo (bailarinas, músicos, masturbaciones, hombres y mujeres desnudos, coitos…). Es la expresión de una nueva mentalidad, que se suma a un cuestionamiento del orden establecido que las gentes están haciendo desde muchos ángulos: revalorización de cultos ancestrales en torno a la Madre Tierra –o, lo que es lo mismo, a la fertilidad- que vemos en los templarios, el placer de vivir que enarbolan los goliardos, el igualitarismo social que defienden los cátaros… Es el momento en que aparecen innumerables herejías y sectas de todo tipo. La represión sangrienta de estos movimientos (recordemos el caso de los cátaros y los templarios) es la única respuesta de las clases dominantes. El feudalismo no tiene en este momento un cuerpo ideológico coherente que ofrecer a sus creyentes: el papado es más un grupo de mafiosos y depravados que un centro religioso con alguna autoridad moral. las herejías afloran por todas partes. La reforma de Gregorio VII en el siglo XI, junto con los movimientos cluniacense y cisterciense, son intentos serios de cambiar las cosas, y permitirán finalmente darle al feudalismo su  justificación ideológica.
 
       c)    Finalmente, el arte gótico en el siglo XII y, sobretodo en el siglo XIII, es el triunfo de los temas cristianos sobre los temas que rozaban el paganismo en el románico, pero que habían servido para imbuir en las mentes de las gentes la ideología cristiana a partir de los elementos paganos que formaban su sistema de creencias desde hacía siglos. Pero, con el arte gótico, la batalla que el Cristianismo gana en la forma la pierde en el fondo: el gótico encierra todo el saber ancestral de creencias que tienen su origen en la noche de los tiempos y que el feudalismo había tratado de erradicar. Las catedrales góticas nos permiten hacer una lectura muy diferente a la que nos han querido hacer creer.