Beato de Liébana

Los mozárabes
 
 
El nombre de mozárabe significa “arabizado” (musta’rab). Son los cristianos que vivían bajo autoridad musulmana. Tenían que pagar impuestos para mantener su religión y su organización política y jurídica.
 
Los mozárabes tuvieron en gran peso en los primeros años del dominio musulmán, pero van perdiendo influencia con el tiempo a medida que se desarrolla la cultura musulmana y la sociedad se va islamizando cada vez más. Muchos mozárabes emigraron a tierras del norte, dominadas por los reinos cristianos. Uno de ellos debió ser nuestro Beato de Liébana.
 
La importancia de los mozárabes fue grande en tierras cristianas, pues trajeron muchos conocimientos científicos y artísticos adquiridos en la España musulmana. Es así que el arte pre-románico tiene dos focos: el reino de Asturias y los mozárabes o cristianos que viven o han emigrado de la España musulmana.
 
El reino de Asturias destaca sobretodo en la arquitectura, en la construcción de templos, buscando elementos de identidad y cohesión social. Se localiza en Asturias y tiene influencias visigodas, romanas y carolingias. Sus mejoras obras son de la época de Alfonso II el Casto.
 
Por su parte, el arte mozárabe es propio del norte de Castilla y Cantabria. No existe en Aragón o Andalucía. Sus mejores obras son del siglo X. Destacan el arco de herradura califal abovedado y las bóvedas de influencia musulmana. No sólo es relevante en la construcción de templos, sino también en las miniaturas; buen ejemplo de ello es el beato de Liébana y los Beatos que le siguieron.
 
 
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Los mártires mozárabes
 
Es un ejemplo del ambiente apocalíptico que se vivía en los ámbitos cristianos hispanos en estos siglos. En la segunda mitad del siglo IX aparece en territorio musulmán un movimiento de cristianos mozárabes cuya finalidad es provocar su martirio. Eulogio y Álvaro de Córdoba son los personajes más conocidos de este movimiento.
 
Insultando públicamente a Mahoma, eran automáticamente condenados a muerte. Este período comprendió los últimos años de Abderramán II y, sobretodo, en el de Mohamed I (852-856).
 
Este movimiento sostiene que Mahoma es el Anticristo. En su obra “Memoriale Sanctorum”, Eulogio habla así de Mahoma: “Bien conocéis los errores gravísimos y groseros que, aconsejado por Satanás, predicó Mahoma, fundando una secta y herejía de las más terribles que han aparecido desde la Ascensión del Señor; secta que, separando muchas naciones de la Iglesia Católica, ha perdido innumerables almas”.
 
Tampoco los judíos se salvan de la crítica. Para los mozárabes, los judíos son parientes del Anticristo (el Anticristo es originario de la tribu de Dan) y serán seguidores de éste, aunque en el momento del fin del mundo los judíos se convertirán a la verdadera fe.
 
Asimismo, el movimiento de los mártires mozárabes tenía muy en cuenta una interpretación de  la profecía de Ezequiel, según la cual el año 833 acabaría la dominación musulmana de España y los invasores serían finalmente expulsados.
 
Esta tesis se reforzaba con otras fuentes. Álvaro de Córdoba, en su “Indiculus Luminosus”, nos recuerda que el profeta Daniel dice que el Anticristo reinaría tres años y medio. Como el significado hebraico de un año equivale a 70 años reales, eso quiere decir que las doctrinas de Mahoma reinarían sobre la Tierra durante 245, lo que coloca su final entre los años 860 y 870.
 
La consecuencia fue que, a partir del siglo X, los almohades expulsaron a los mozárabes definitivamente, hecho que buscaba el objetivo de evitar que se reprodujera un movimiento de mártires como el del siglo anterior, así como también era debido a una mayor intransigencia de las nuevas autoridades musulmanas.
 
 
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