Cátaros en Teruel


Ermita de la Magdalena – Valderrobres


Ubicación de la ermita.
Fuente: Sigpac, escala: 1:200.000


A unos kilómetros de Valderrobres, en dirección a Fuentespalda, encontramos el camino que nos llevará, tras unos 20 minutos de subida montaña arriba, hasta la ermita de la Magdalena.

La ermita es una cueva de forma casi semicircular, de unos 10 metros de diámetro, en la que se ha construido un pequeño recinto en su entrada, y así darle la apariencia de un edificio religioso.

La cueva nos hace pensar inmediatamente en una zona de culto prehistórico y el nombre de “Magdalena” nos lleva a los templarios y posiblemente a los cátaros. En ambas creencias, María Magdalena es la continuadora de las ideas de Jesucristo.


Entrada a la ermita por la puerta, ya casi destrozada, que se construyó para cristianizar el lugar


La ermita está orientada al norte, por lo que jamás recibe de lleno la luz del sol. Contrariamente a lo que sucede en otros recintos religiosos, al altar no está al fondo (aunque las gentes dejan en esta zona algunos recuerdos religiosos), sino en la pared del este, donde se ha excavado una cazoleta de respetables dimensiones y se ha grabado una serie de cruces que pueden ser templarias.

Vista del interior de la cueva. Tiene forma semicircular, de unos 10 metros de diámetro.
La foto sigue la dirección norte-sur; al fondo, se han colocado unos cuadros con temas religiosos, fruto de la devoción que existe en la zona sobre esta cueva.


En la parte oriental, a modo de altar rupestre, encontramos una cazoleta cuadrada y una serie de cruces templarias a la izquierda.


Vista desde el interior de la cueva, en dirección norte. Se aprecia el arco que acompañaba a un pequeño recinto delante de la cueva, con el fin de que el conjunto tuviera una apariencia de una ermita.


Al lado de este recinto, un pequeño edificio donde han podido vivir varias personas aparece en ruinas. Con toda seguridad fue la residencia de algunos religiosos asociados al culto de la cueva de la Magdalena. El misterio continúa: nadie sabe de qué orden eran ni cuándo dejaron de habitar la zona.

"La gruta de la Magdalena nos recuerda mucho la gruta de Bouen, cerca de Tarascon (Ariège); ambas cuentas con unos muros de defensa delante de la puerta de acceso; pero, lamentablemente, en las dos fueron derribados en los siglos modernos." (Jesús Ávila Granados, Matarraña insólito, Viena Ediciones)