La iglesia de Sant Miquel
La iglesia


La iglesia de Sant Miquel data de mediados del siglo XIII. En este siglo la población de Montblanc había tenido un gran crecimiento y eran momentos de bonanza económica; es  en estas fechas cuando, además, se derriba la iglesia de Santa María de Montblanc para levantar un templo nuevo de grandes dimensiones.

  La fachada mantiene el estilo románico original, mientras que el interior ha sufrido grandes modificaciones a lo largo de los siglos. El artesonado gótico, que marca la originalidad de esta iglesia, fue una de los primeros “añadidos”.  Es un edificio pequeño, de decoración muy escasa, de una sola nave y cubierto “a dos aguas a base de armaduras de madera cargadas sobre arcos diafragma trasversales que sirven al tejado” (Joan Fuguet i Sans y otro, L’esglèsia de Sant Miquel de Montblanc i el seu teginat, fotos Gener Alcántara,  Col.lecció El Bagul)… pero que conserva en su interior el tesoro de su artesonado polícromo. En Catalunya, desde la Baja Edad Media hasta siglos más recientes era habitual cubrir edificios o estancias con un artesonado.

Curiosamente, a pesar de que la iglesia está dedica a san Miguel, no aparece la figura de este santo en el artesonado.

Fachada principal de la iglesia de Sant Miquel, de gran sencillez
La orientación de la nave es de 80º, la misma que el monasterio de Santes Creus o la iglesia de Sant Ramón del Pla de Santa María, no muy lejos de aquí, tal como he podido observar en muchos edificios religiosos relacionados con el temple. Esta orientación permite la entrada directa del sol por la ventana de la fachada principal a finales de agosto, que es cuando el sol sale –precedido de la constelación de Leo- inmediatamente antes de la constelación de Virgo (la Virgen, la Madre Tierra).

Virgo (la Virgen, la Mujer en sentido amplio) es la constelación de la Diosa Madre. Se la asocia con todas las diosas de las grandes culturas de la Antigüedad: Deméter, Isis... Está relacionada con el ciclo agrario -colocada al final del mismo-, como lo revela el que su estrella principal se llame Espiga. Como cristianización de este culto, muchas Vírgenes cristianas llevan una espiga en su mano. Su forma nos sugiere un ser antropomorfo con alas. En las cosmogonías de la Antigüedad, se dice que la Justicia reinaba en la Tierra hasta que nació la Raza del Bronce (es decir, en la Edad de los Metales, cuando la sociedad se divide en clases, surge el esclavismo, las guerras desvastadoras y la explotación del hombre por el hombre); entonces la Justicia dejó la Tierra y ascendió con unas alas a los cielos formando la constelación de Virgo.

“Los sumerios llamaban a la constelación Bad-Tibira y a su estrella principal Sib (la Spica actual). Los primeros agricultores relacionaron la constelación de Virgo con la diosa de la fertilidad –Démeter, Ceres, Perséfone y los distintos nombres de la Diosa Madre que, andando el tiempo, se ha transformado en la Virgen o Madre Divina. (...) El hombre primitivo observó que la estrella Spica, la principal de la constelación que hoy llamamos Virgo, desaparece en el horizonte del cielo nocturno el quince de agosto, lo que coincide con el agostamiento de la vegetación. Era el tiempo de recoger el trigo ya seco y maduro. Spica vuelve a aparecer en el cielo nocturno el ocho de septiembre, coincidiendo con el momento de la sementera. (...) La mente asoció el ciclo agrícola, del que dependía la fecundidad de las cosechas, con el de la misteriosa estrella Spica que de algún modo mágico regía la alternancia estacional que hacer crecer el cereal. Por eso precisamente la llamaron Spica, espiga.” (Nicolas Wilcox, Los templarios y la mesa de Salomón).

La orientación de 80º también corresponde a la posición más espiritual del ser humano. Stéphane Cardinaux, en "Geometrías Sagradas" nos explica que esta orientación es conocida desde la antigüedad: "Este ángulo (o azimut) era perfectamente conocido por los Antiguos porque es el ángulo del dromos, la avenida de acceso a la Gran Pirámide. En Europa, numerosas iglesias muy antiguas están orientadas en esta dirección."

Añade que esta orientación u "ola de Isis" corresponde a la orientación más espiritual para el ser humano: "A este azimut particular se le llama “la ola de Isis”. Si uno se sitúa frente a esta dirección, nuestro cuerpo etérico será mayor que frente a cualquier otra dirección. Si uno se gira poco a poco, va disminuyendo, con un valor mínimo al opuesto de la ola de Isis. Cualquiera que sea el lugar donde uno se sitúa en la Tierra, este ángulo beneficioso es siempre el mismo."

Finalmente, S. Cardinal afirma que el color púrpura-magenta está asociado con esta orientación, que "ha sido desde los tiempos más remotos el color de la espiritualidad, y es, pues, normal que se oriente la mirada hacia esta vibración-color. Los monjes budistas se visten siempre de púrpura que es también el del séptimo chakra."

Tradicionalmente, en el recinto de la iglesia de S. Miquel fue el templo donde se enterraban las familias más ricas de Montblanc, como así lo atestiguan las numerosas estelas funerarias encontradas en lo que fue cementerio, al continuación del templo. En el artesonado aparecen señales y escudos heráldicos de Montblanc, que sin duda son la representación heráldica más antigua de la villa ducal.


Durante el siglo XIII era el lugar de reunión del 'consejo' (ayuntamiento) de la villa. En 1307 y en años siguientes fue sede en varias ocasiones de  las Cortes Generales del Reino de Aragón.

La primera noticia de Sant Miquel data del 1288, pues la villa de Montblanc ratifica en un acto en esta iglesia el Tratado de Olorón, que suponía una tregua -muy breve- en los intentos de la Corona de Aragón por afianzar su hegemonía en Italia.




La parte superior de la iglesia y el campanario

En el cartel informativo a la entrada de la iglesia se lee:

"El actual edificio sustituye una antigua construcción de estilo románico, documentada en el primer cuarto del siglo XIII. Se supone que la iglesia fue construida con el fin de dar cobijo a los representantes y asistentes a las Cortes Catalanes de 1307. La nave se compone de arcos de piedra que mantienen una cubierta con tablas de madera policromada, uno de los pocos ejemplares que se conservan en Catalalunya. A lo lados de la nave hay varias capillas laterales, con  bóveda de piedra, construidas en diferentes épocas del siglo XIV; fueron costeadas por familias nobles de la Villa para recibir sepultura (conviene observar el osario existente en la capilla de los Janer). En el presbiterio destacan unas pinturas murales  atribuidas al artista de Montblanc Guillem Seguer, del segundo cuarto del siglo XIV. La espaciosa nave de Sant Miquel también acogió las reuniones de Cortes Catalanas celebradas los años 1333 y 1370."