Averroes.
 
 
La cultura árabe
 
Las taifas del siglo XI supusieron un renacimiento cultural impresionante. Todas las cortes hispanomusulmanas rivalizaron por su desarrollo cultural, pretendiendo ser nuevas Córdobas o Bagdags. Por otro lado, esto no surgió de la nada: en los últimos tiempos del Califato se crearon muchas bibliotecas y llegaron a España grandes sabios procedentes de Oriente.
 
Los almorávides destacaron en las ciencias religiosas y jurídicas, aunque no apoyaron la poesía, excepto en algunos casos en la zona de Valencia.
 
Los almohades protegieron especialmente la filosofía. Pero a partir del siglo XIII, después de Averroes, viene la decadencia con las nuevas taifas. Sólo el reino de Granada, en el siglo XIV, supone un nuevo florecimiento de la cultura hispanomusulmana, especialmente en el terreno de la literatura.
 
La cultura europea bebió de las fuentes árabes. En el siglo XII el judío converso Pedro Alonso (Moisés Sefardí) hizo llegar los textos árabes traducidos al latín hasta Inglaterra; con la conquista de Tarazona en este mismo siglo, su obispo Miguel hizo traducir unas docenas de obras árabes por Hugo de Santalla; o es el caso de Hermann de Carintia y de Robert de Chester, que viajaron a Zaragoza para copiar obras de astronomía y meteorología; es conocida la fabulosa biblioteca del rey de taifa de Zaragoza, que quedó en manos cristianos cuando la ciudad fue conquistada. Muchos intelectuales ingleses, franceses, alemanes o italianos viajaron a España a estudiar in-situ el pensamiento y la ciencia musulmanas. Daniel de Morley confiesa que fue a estudiar a París desde su Inglaterra natal, pero que, como en la capital francesa los maestros tenían muy poco nivel, “teniendo en cuenta que en nuestros días se dispensa a las muchedumbres en Toledo la enseñanza de los árabes que consiste casi enteramente en las artes del quadrivium, me apresuré a ir allí para escuchar las lecciones de los más sabios filósofos del mundo.” 
 
 
En Toledo tenían casa personajes de la importancia de Abelardo de Bath (estudiosos inglés, tradujo un número importante de obras árabes), Miguel de Escoto (filósofo, alquimista y astrólogo) o Pedro el Venerable, abad de Cluny. En esta ciudad se tradujeron al latín el “Canon” de Avicena y otras obras de medicina que fueron obras de referencia durante siglos.  El arzobispo Raimundo (1130-1150) reunió un grupo de traductores, que copiaron en latín o incluso al romance una cantidad enorme de obras de matemáticas, astronomía, medicina, alquimia, física, ciencias naturales y filosofía. Grandes traductores fueron Dominicus Gundisalvus, Gerardo de Cremona (éste, de origen italiano, tradujo unas 70 obras) o el judío converso Juan Hispano.  Alfonso XI el Sabio continuó apoyando esta labor, y así, en el siglo XIII, tenemos personajes como Raimundo Martín –el mayor conocedor de los autores árabes de todos los tiempos- o Ramón Llull, que hablaba y escribía en árabe.
 
También los centros de enseñanza en tierras hispanomusulmanas eran foco de atención para los estudiosos cristianos. El sabio en ciencias Abs Allah al-Garnati, en el siglo XII, impartía enseñanzas en Baeza, a la que asistían muchos cristianos de Toledo.
 
De los siglos XI al XIII al-Ándalus produjo intelectuales de talla universal. “Las cortes de los taifas se caracterizaron, en general, por la práctica del mecenazgo a escritores y artistas. Se cultivaron las ciencias jurídico-religiosas y la gramática, así como la astronomía – recordemos el famosos Azarquiel- y la geografía –con nombres tan destacados como al-Udri o al-Bakri-. Al-Turtusi escribió un tratado para la educación de los príncipes. En el ámbito de la historia brillaron con luz propia Ibn Hayyam, autor del Muqtabis , una obra de excepcional valor, y el monarca  granadino Abd Allah, autor de unas importantísimas Memorias. En la poesía hay que citar la reyezuelo sevillano al-Mutamid, sin olvidar al poeta hebreo Salomón Ibn Gabirol. Pero el escritor más importante de la época de los taifas es, sin duda, Ibn Hazm, cuya obra El collar de la paloma, encendido canto al amor concebido desde  una perspectiva neoplatónica, ejerció una notable influencia, tanto en el mundo islámico como, posteriormente, en el cristiano.” (1)
 
“La cultura cobró en la época almohade nuevos alientos. Nombres famosos fueron, entre otros, el médico y filósofo Abentofail, autor de una obra muy conocida, El filósofo autodidacto , el pensador judío Maimónides y, sobretodo, Averroes, que también ejerció como médico, aunque se le conoce principalmente por sus comentarios a las obras de Aristóteles, en los que dio muestras de ideas racionalistas, por las que fue considerado sospechoso de heterodoxia.” (1)
 
 
 
En Europa decimos que la Edad Media es una época de oscurantismo hasta que llega el Renacimiento y vuelve el culto por la Antigüedad Clásica y la Razón. Nada más lejos de la realidad. Mientras en Europa reinaba la incultura generalizada y la intolerancia religiosa (base recordar la Inquisición o las masacres de las Cruzadas), la cultura musulmana siguió cultivando el pensamiento clásico y el racionalismo durante el Medievo, desde Irak o Siria hasta al-Ándalus. El desarrollo de la cultura europea a partir de finales de la Edad Media no hubiera sido posible si no hubiese existido una cultura árabe. Y lo mismo podemos decir de las ciencias: la revolución científica del siglo XVI no puede entenderse sin la ciencia islámica. Los árabes descubrieron el álgebra y aportaron una forma de numeración (con el cero incluido, desconocido en Europa) que desbancó a los números romanos. Como dice al-Buruni: “Las ciencias de todo el mundo se han traducido a la lengua de los árabes y han penetrado en el corazón de este nuevo mundo, para seguir latiendo desde ahora como corazón universal de todo el gran organismo de la civilización”.
 
Además de Averroes, hemos de hacer mención a algunos intelectuales hispanomusulmanes
 
Ibn Masarra
 
Vivió a caballo de los siglos IX y X, demostrando interés por la filosofía.
 
Ibn Hazm
 
Nació en Córdoba en 994 y murió en Huelva en 1064. Vivió el desmembramiento del califato de Córdoba, califato que él defendió. Escribió unas 400 obras, con un total de unas 80.000 páginas; algunas se han perdido. Hace una crítica a la lógica aristotélica y le interesa la ética. Destacan su “Historia de las ideas religiosas”, “El libro de los linajes” (sobre los Historia de los árabes en al-Ándalus) y, especialmente, “El collar de la paloma” (sobre el amor, excelente pieza de literatura).
 
El tema del “El collar de la paloma” sorprende, pues Ibn Hazm destacó sobretodo como jurista y teólogo. En el terreno jurídico, profundizó en el significado de la Tradición, y así desembocó en el zahirismo (que mantiene la conservación del “significado manifiesto” de las palabras del Corán y la Tradición), en contra de la tendencia malikí mayoritaria en la época (que sostiene contradicciones en los textos primitivos y ha de recurrir a metáforas).
 
En este camino, descubre la importancia del lenguaje y la relación del lenguaje y el conocimiento. El lenguaje ha sido creado por Allah y el Corán es el vehículo para transmitir a los hombres el mensaje divino. Lo principal para el filósofo es interpretar lo que Allah quiere decir en el Corán y en las diversas parábolas de Mahoma. Insiste en la necesidad del conocimiento racional, que, si se hace de buena fe, no nos hace caer en el herejía aunque nos equivoquemos. La influencia en Tomás de Aquino es clara.
 
 
 
Azarquiel de Córdoba (1029-1087)
 
Es un científico que perfeccionó el astrolabio y confeccionó unas tablas astronómicas que luego adaptaría Alfonso X el Sabio.
 
Avempace
 
Nació en Zaragoza hacia 1070 ó 1080 y murió en Fez en 1138. Prototipo del intelectual musulmán: filósofo, médico, astrónomo, matemático, poeta. En el terreno de la física, elaboró teorías sobre los principios de la dinámica e hizo una clasificación de la plantas. Escribió unas treinta obras, como “El régimen solitario”, “El tratado de la unión del intelecto con el hombre”, “La carta de despedida”. Fue el primer filósofo musulmán de al-Ándalus; interesado por Aristóteles, se le puede considerar como un precedente de Averroes. Busca la perfección como ideal del sabio.
 
“El régimen del solitario” es una condena de la vida relajada y corrupta de las clases dominantes. La sociedad ideal es la constituida por hombres sabios que aspiran a la perfección; la misión del sabio es trabajar en este sentido.
 
Su influencia se deja ver en Alberto Magno (gran figura medieval en la teología, la filosofía, la química y la geografía), Alejandro de Hales (teólgo escolástico), Roger Bacon (uno de los primeros pensadores cuyo método científico puso en crisis la escolástica) y Ramón Llull (filósofo, poeta, teólogo y alquimista).
 
Iyad
 
El cadí Iyad (1083-1149) nació en Ceuta y vivió muchos años en Granada y Córdoba. Al final de su vida, ante la inestabilidad política, marchó a vivir a Marrakech.
 
Es el mejor especialista en la Tradición en Occidente islámico en su tiempo. Una obra suya de gran influencia fue la “Cura de almas”, que fue un libro comentado has el siglo XIX, y constituye una loa a Mahoma como ejemplo de perfección moral.
 
Ibn Tufayl (1105-1185)
 
También conocido como Abubacer, es el primer gran filósofo de la época almohade. Vivio en la corte. Su obra cumbre es “El filósofo autodidacto”, en el que expone de forma alegórica sus tesis. Tuvo una gran influencia entre la intelectualidad europea. Trata de las relaciones entre la filosofía y la religión: la filosofía es sólo para los sabios y la religión para el pueblo llano –incapaz de entender las verdades filosóficas. El filósofo debe apartarse del mundo para alcanzar la sabiduría; se ve aquí una clara influencia del platonismo.
 
También escribió libros de medicina y astronomía
 
Abu Ishac al-Bitruchi
 
Fue un astrónomo que se oponía a las ideas de Ptolomeo sobre los movimientos de los planetas.
 
Ibn Arabi
 
Nació en Murcia en 1165 y murió en Damasco en 1240. Fue un pensador místico.
 
Abu Zakariyya al-Ishbili
 
Escribió su “Libro de la Agricultura”, obra más completa sobre ciencias naturales y botánica de la Edad Media.
 
 
 
Notas
 
1- (Manuel Tuñon de Lara y otros, Historia de España, Ámbito ediciones SA)