Camino de Santiago.

El Camino en Galicia






BARBARDELOS

La iglesia data del siglo XII, aunque con muchas modificaciones posteriores. Abundan las esculturas con temas eróticos  y blasfemos.







FILLOVAL

En esta localidad el peregrino ha de hacerse con una piedra que llevará consigo hasta llegar a Santiago de Campostela.



SAMOS

En su monasterio se practicaba la alquimia. Los experimentos alquimistas provocaron una gran cantidad de incendios. Por eso, el monasterio fue pasto de las llamas en varias ocasiones. "Otra señal alquímica que nos plantea el monasterio es su primera advocación a los santos Julián y Basilisa. Y la llamo señal alquímica porque fue propio de la obra el que colaborasen en ella estrechamente unidos, como en la vida de esta pareja de santos, el maestro y su compañera, tal como nos lo demuestran las imágenes del ‘Mutus Liber’ y como nos lo recuerda la historia –posiblemente simbólica, al menos en parte- de Nicolás Flamel, que alcanzó la Piedra, según su propia declaración, gracias a la inestimable ayuda de su esposa, Perrenelle. Incluso la historia reconocida de este cenobio de Samos insiste en esta circunstancia, puesto que se sabe que su fundación se debe al abad Agerio y a su hermana, la abadesa Sarra, que instituyeron aquel lugar como enclave de santidad y como monasterio dúplice, es decir, de monjes y monjas. Y hasta se conoce a través de un privilegio otorgado por Ramiro II de León, a mediados del siglo X (931), que el monasterio fue transformado y entregado a una nueva comunidad para que fuera nuevamente santificado, pues, al parecer, se habían cometido en él ‘grandes maldades’ no especificadas, por parte de gentes impúdicas y carentes de espíritu religioso.” (Juan G. Atienza, Leyendas del Camino de Santiago, Edaf)

Tambien sobresale en el centro del claustro de Samos la fuente de las Nereidas, monstruos femeninos de grandes pechos, en clara alusión a los ritos matriarcales. Se dice que un abad quiso cambiar la fuente de sitio, pero que entonces las piedras aumentaron de peso de tal forma que no fue posible. Cuando se acordó no tocar la fuente, las piedras volvieron a su peso normal.



PORTOMARIN

La iglesia de San Juan tiene una colección de piedras talladas dibujando los juegos de alquerque, "que nos llaman a la memoria de otros juegos iniciáticos que fueron en su día propios de peregrinos y, sobre todo, de las logias de constructores, de los que sabemos que utilizaron símbolos tradicionales para decorar sus edificaciones sagradas, haciéndolas portadores de mensajes  dejados como al azar para quien se sintiera con ánimos para descifrarlos." (Juan G. Atienza, Leyendas del Camino de Santiago, Edaf)



CEBREIRO

Su iglesia contiene un cáliz al que se le conoce como el Santo Grial gallego, del siglo XII. Cuenta la leyenda que hacia 1350 un cura no muy devoto se disponía a decir misa en la iglesia del monasterio en medio de un día muy frío  y de fuertes nevadas. Apareció un único feligrés; el monje se burló del creyente reprochándole que había llegado en medio del temporal sólo para ver un trozo de pan y un poco de vino. En la consagración, el pan se convirtió en carne y el vino en sangre; entonces el monje se arrepintió por su poca fe y tomó el camino correcto.

Este cáliz aparece en el escudo de Galicia y fue la inspiración de Wagner en su ópera Parsifal.



BIDUELO

En la ermita de San Pedro nos esperan dos soles. Cerca, la ermita de la Magdalena.






SANTIAGO DE COMPOSTELA.


EL HOSPITAL DE LOS REYES CATÓLICOS

Es un edificio de estilo plateresco, construido por los Reyes Católicos, de donde le viene su nombre, para atender a los peregrinos que llegaban a Santiago en el siglo XVI.

Encontramos temas eróticos en las gárgolas, tales como genitales, parejas abrazadas…

Hospital de los Reyes Católicos. Foto: Wikipedia




LA CATEDRAL DE SANTIAGO

La Catedral de Santiago comenzó a construirse, sobre edificios anteriores,  en el siglo XI y ha tenido grandes modificaciones a lo largo del tiempo.

Por la Puerta de las Platerías accedían los que venían por el Camino Francés.  "Consta de dos puertas de doble hoja: en el de la derecha exteriormente está esculpida de manera notable la Traición de Cristo, donde el Señor aparece atado a la columna por obra de los judíos, flagelado y ensangrentado; en las jambas, dos apóstoles que guardan la entrada. En la puerta de la izquierda aparece esculpida la Tentación de Nuestro Señor, con unos espantosos ángeles que semejan monstruos; al lado, la mujer que sostiene en sus manos la cabeza inmunda de su seductor, que fue cortada por su propio marido, y que dos veces al día, por orden de éste, ella debía besar: “¡Oh qué terrible y admirable castigo de la mujer adúltera que es preciso contar a todos!”, leemos en la crónica medieval. Es, sin duda, la puerta más esotérica de todas las que acceden al interior de la Catedral compostelana; en una jamba de la misma, también vemos al monarca judío David, tocando el arpa. En la zona superior de esta monumental fachada, no faltan elementos que recuerden los enigmas del Temple; entre los cuales, el Baphomet; o el tarro de las esencias alquímicas de la piedra filosofal." (Jesús Ávila Granados, A través de la España oculta, Aladena editorial)


La mujer adúltera. Foto: Wikipedia

Hay más cosas que nos sorprenderán: los constructores de la catedral hicieron unos canales artificiales, que aún son visibles, para potenciar la energía del lugar; muchas baldosas originales, hoy desaparecidas, eran blancas y negras, los colores del temple; la catedral contenía una estatua, también desaparecida, de unos pechos descomunales y una gran barriga, en clara alusión a la Madre Tierra, que en su momento fueron rebajados por orden del clero.

Existen leyendas de práctica de la alquimia entre el clero santiagués. Se cuenta el caso del arzobispo Pedro Muñiz, del siglo XIII, enterrado en la catedral en un lugar preeminente, justo después del Pórtico de la Gloria. Sostenía que los símbolos de la catedral eran la clave para encontrar la Piedra Filosofal. Se cuenta que, estando en Roma, como echara de menos su tierra, vino volando hasta Santiago.

En la iglesia de San Fructuoso están representadas las cuatro Virtudes Cardinales, pero la creencia popular las asocia con los palos de la baraja, lo que pone de relieve la tradición tarotista del Camino.

En la iglesia de Sata María Salomé aparece en su pórtico una María Magdalena embarazada.

La plaza de la Algalia puede hacer referencia a la “Alcabala” o “kabaja” hebrea.


PORTICO DE LA GLORIA - SANTIAGO DE COMPOSTELA

Comenzado en 1168 por el Maestro Mateo y terminado en 1211 por sus discípulos. Es posible que la simbología del Pórtico refleje las doctrinas priscilianistas.

Los fieles han ido colocando su mano en la columna del árbol de Jesé, de manera que la piedras se ha ido desgastando y los dedos han quedado grabados.

Con la estatua del Maestro Mateo comenzaron dándose cabezazos los estudiantes de Compostela, costumbre que luego siguieron los peregrinos, con el fin de aumentar la memoria y la sabiduría; de esta forma, esta estatua es conocida como ‘O santo dos croques’. Por otra parte, si una mujer quiere quedar embarazada, basta con restregar su barriga contra la estatua del Maestro Mateo.

En el Pórtico encontraremos un bastón en forma de tau, letra importante para los alquimistas y que encontramos en civilizaciones antiguas. La Iglesia no consiguió hasta el siglo XVI que los bastones no tuvieran forma de tau.

Hay una serie de 24 ancianos, de los cuales 9 tienen en sus manos un vaso o matriz (grial). También la cabeza del Apóstol está adornada por 9 gemas.


ARA DE SAN PAYO - SANTIAGO DE COMPOSTELA

"El ara de San Payo es "la lápida que todavía se conserva en la iglesia contigua del monasterio de San Payo. Es un tablero rectangular de mármol, de 88,7 por 68,3 cms. de lado y siete de espesor, que estuvo bajo el altar mayor, donde sirvió de ara, que menciona ya un inventario del siglo XV. Se conoce con el nombre de ‘Ara de San Payo’. La inscripción pareció a Ambrosio de Morales, que la vio en su viaje del año 1572, indigna de un altar por la dedicación a los Dioses Manes, y consiguió que el arzobispo Sanclemente la mandase raer y sustituir en 1601 por un letrero de consagración cristiana. Afortunadamente se conserva el letrero original en una copia del mismo Morales, quien dice que las letras estaban muy claras, como “si se acabaran de esculpir”, y en otras cuatro del siglo XVI, independientes, que dan en sustancia el mismo texto, aunque las variantes de la separación de letras hacen difícil la interpretación exacta. El ara estaba sostenida por una columna semicilíndrica, en cuya superficie llana se lee la inscripción del siglo XI-XII: “Cum Sancto / Jacobo fuit hec adla/ta columna araque scri/pta simul que  super est / posita cuius discipuli sacr/arunt credimus ambas ac / ex his aram constitue/re suam”. Esta atribución a los Discípulos de Santiago indica que el ara perteneció al edículo sepulcral, al que los monjes de Antealtares estuvieron íntimamente vinculados, como custodios, desde el siglo IX, y del que se disociaron después de la construcción de la iglesia románica. Después que Gelmírez sustituyó el antiguo altar pequeño por una mayor y más rico, no obstante la atribución a los Discípulos y a los Padres antiguos, los monjes, que habían tenido que alejar su monasterio primeramente hacia la zona de la escalinata de la Quintana y poco después hasta el emplazamiento actual de San Payo, debieron llevarse como tesoro y recuerdo el ara vieja. Todo hace pensar que el epígrafe marmóreo estaba en el monumento sepulcral que se descubrió en el siglo IX Su forma y dimensiones son las correspondientes al “titulus” que solía ponerse encima de la puerta de los mausoleos.


"En un estudio dado a conocer en 1979 el profesor Isidoro Millán González Pardo, tras restituir con la máxima probabilidad el texto de la inscripción del ara, la analiza a la luz de la Lingüística clásica y prelatina y concluye que los fenómenos fonéticos –en concordancia con el conjunto de datos epigráficos y arqueológicos- llevan a situarla en el siglo primero de la Era cristiana." (José Guerra, Exploraciones arqueológicas en torno al sepulcro del apóstol Santiago, edición del Cabildo de la SAM Iglesia Catedral de Santiago)

Pórtico de la Gloria. Detalle. Foto: Wikipedia


Catedral de Santiago. Fachada del Obradoiro. Foto: Wikipedia



PADRON (IRIA FLAVIA)

Como Santiago consiguiera muy pocas conversiones volvió A Palestina, donde fue decapitado. Dos discípulos trajeron su cuerpo en una barca y llegaron a las costas de Iria Flavia. El lugar se denominó “Padrón” por una piedra o ara que vendría de época pre-romana y que actualmente está debajo del altar de la iglesia. Es de grandes dimensiones: dos metros y medio de altura por sesenta centímetros de ancho. Muchos peregrinos arrancaban pequeños trozos de la roca, que se llevan a sus casas como talismán, de tal manera que ha habido que protegerla.

"Sus alrededores están sembrados de monumentos megalíticos como el dolmen de Anxeltus o Campo Lameiro y A Lagoa, una de las mayores concentraciones de petroglifos del noroeste peninsular." (Xavier Musquera, Un viaje por la historia de los templarios en España, ed. Santos Rodriguez)
La zona estaba gobernada por una mujer, de nombre Lupa (Loba), que no facilitó la tarea de los discípulos en enterrar el cuerpo del Apóstol: les dio una carreta con toros bravos, pero los cristianos los amansaron. Ante este milagro, Lupa y toda su gente se convirtieron a la nueva religión y el cuerpo de Santiago fue enterrado en lo que hoy es Compostela.

Se sabe que en 1581 había tres  ‘pedrones’ que eran objeto de adoración de los lugareños.

Además del que está en la iglesia, una de las rocas simbolizaba la barca del Apóstol y la otra el mástil.

La tradición coloca a Santiago en Galicia en textos del siglo VI-VII, que sirvieron de apoyo para crear la leyenda. Así lo afirma Isidoro de Sevilla (siglo VII) en su obra Ortu et Obitu Patrum.

"Existe otra cruz en el muro norte que evoca el disco solar y está inscrita en un doble círculo como las anteriores.

"Según la tradición de los gremios, los compañeros constructores, cuando celebraban sus rituales iniciáticos, efectuaban una vuelta alrededor del templo y por su interior seguían el movimiento del sol y se detenían en los símbolos que iban apareciendo en el recorrido para recibir un mensaje concreto, mientras recitaban las fórmulas del gremio de albañiles al que pertenecían y proseguían esta ronda hasta terminar la circunvalación del edificio.

"El recorrido del rito empezaba en el centro de la iglesia, allí donde se unen las energías del cielo  y la tierra. Entonces comenzaba una ronda circular o, mejor dicho, un camino en forma de espiral. El iniciado recorría el interior del templo de izquierda a derecha, según las manecillas del reloj; recorría también el muro norte, el muro del este y el del sur hasta llegar a la puerta, en el oeste; después salía al exterior. Con ello simbolizaba el paso de las tinieblas a la Luz, de la ignorancia al conocimiento.

"Una vez en el exterior, proseguía su ronda iniciática por el lado norte de la construcción, cuando el sol no luce, oculto por la noche, y sigue su curso por el espacio para nacer por el este, donde se cruzaba en el camino del iniciado, que seguía su camino hasta el sur, donde se cruzaría con el astro rey en toda su plenitud, para reencontrarse con él, al oeste, en el pórtico de entrada y ya en el proceso de declive. Esta muerte-resurrección del iniciado era a imitación del ciclo sin fin del ocaso y nacimiento del rey de los astros." (Xavier Musquera, Un viaje por la historia de los templarios en España, ed. Santos Rodriguez)

“En la red de ‘vías romanas’ Iria Flavia era un nudo importante, por el que pasaban caminos hacia Braga, hacia Lugo y hacia Brigantium. El total de las vías convergente en Iria era de seis o siete, contando los ramales que se reconocen en los valles del Ulla y de la Mahía. De las cuatro vías que, según el itinerario de Antonino, enlazaban Braga con Astorga, las dos que pasan por Lugo vienen por Iria: una, la que deja en Iria su dirección Sur-Norte para internarse hacia Lugo; la otra, “per local marítima”, pasaba muy cerca, si no tocaba en Iria, iba hasta Brigantium, y desde allí se encaminaba también a Lugo.” (José Guerra, Exploraciones arqueológicas en torno al sepulcro del apóstol Santiago, edición del Cabildo de la SAM Iglesia Catedral de Santiago)


Detalle de una fuente de Padrón. Foto: www.fotosdegalicia.es



MUROS

En la iglesia está grabada una serpiente en la pila bautismal.



CORCUBION

Se dice que la imagen de San Marcos vino flotando por el mar. La escultura tiene un libro abierto y, debajo, un dragón.



LA LEYENDA DEL PICO SACRO

EL Pico Sacro está cerca de Santiago. Es una montaña sagrada anterior al cristianismo. Quien viene por la Ruta de la Plata, divisará Santiago por primera vez desde esta motaña (papel similar al Monte do Gozo en el Camino Francés).

Leyenda antaño muy extendida en la comarca, cuenta que en el Pico Sacro había un castillo con un gran tesoro guardado por dos gigantes de hierro y dos leones. El dueño del castillo jamás había sido visto, pero se hacía con las mujeres que se atrevían a recorrer aquellos parajes. De esta forma, una muchacha desapareció un día y, después, de muchos años, reapareció en su aldea, vieja y ciega, y contó que había sido raptada por el dueño del castillo, que la había adormecido con vino; pero como dio a luz un ‘mouro’ el señor del castillo la acusó de haberse acostado con un criado moro y la degradó a esclava suya y de cualquiera que morara en el castillo, hasta que un día, sin saber cómo, se vio libre y pudo regresar a su casa.

Es la historia gallega de la “la Bella y la Bestia”, aunque en este caso se escenifica la victoria patriarcal de la Bestia masculina y el triste destino del matriarcado representado por la Bella convertida en fea, vieja y ciega.

La montaña está plagada de leyendas, pues la abundancia de cuevas lo facilita. Se cuenta que en una de las cuevas el Apóstol mató a un dragón.


Una de las grutas de Pico Sacro. Foto: es.wikiloc.com



MONTE DO PINDO

El Pindo es el Olimpo de los celtas. Cada mañana, parece que el sol sale de esta montaña, y los primeros rayos dan siempre en la ermita de San Guillermo.


MUXIA

La iglesia de Muxía fue fundada por el propio Santiago, lo mismo que la de Padrón. Se cuenta que Santiago no tuvo mucho éxito en sus predicaciones y estaba muy desanimado; entonces, en una barca de piedra se le apareció la Virgen y le animó para que siguiera en su tarea. Los restos de la barca de piedra han quedado esparcidos por la playa: la quilla se conoce como “A pedra dos Cadrises”, y  la gente ha de atravesar nueve veces una oquedad de la roca para sanar de sus males renales o de dolores de espalda; el resto de la vela es “A pedra d’Abalar”, una roca plana que se mueve (baila) cuando quien la pisa está libre de pecado, pero que no hay quien la mueva si el personaje es un pecador irredento.

Al cabo de un tiempo y sin mucho éxito, el Apóstol marchó a Zaragoza, donde se le apareció la Virgen subida en un pilar y le pidió al Apóstol que fundara otra iglesia, que sería la Basílica del Pilar.


Las rocas de Muxía. Foto: minimundos.wordpress.com



Las rocas de Muxía. Foto: commons.wikimedia.org




LA LEYENDA DE SAN ANDRES DE TEIXIDO

Cuentan que san Andrés se quejó a Jesucristo de que todo el mundo iba ahora a Santiago de Compostela y se habían olvidado de darle culto en su iglesia. Jesucristo sentenció que eso ya no pasaría más, pues quien no visitase el santuario en vida tendría que hacerlo una vez muerto.

Desde entonces, San Andrés de Teixidó goza de una gran devoción, y muchos peregrinos val al lugar acompañados del alma de sus muertos, a quienes incluso reservan comida y un lugar en la mesa. Las almas de los difuntos utilizan cualquier sistema para llegar: muchas veces se meten en el cuerpo de un animal; por eso los peregrinos han de respetar a cualquier ser vivo que se encuentren en su camino, pues podría ser que se tratara de un antepasado suyo. Los peregrinos van provistos cada uno de una piedra, que representa el alma de un difunto que en vida no pudo visitar el santuario, que se agolpan en pequeños montones en el recinto. Como vemos, la creencia en la reencarnación está claramente presente en San Andrés de Teixidó.

Quedan algunos rituales, como el de la “Fonte do Santo”, que consiste en tomar un sorbo de agua de cada uno de los tres caños, pedir un deseo y echar una miga de pan al agua: si la miga flota, el deseo se cumplirá, si la miga se hunde, el deseo no se cumplirá. Tras la fuente, de las ramas de un tejo (árbol de que da nombre al lugar y que era sagrado para los celtas) cuelgan innumerables trozos de tela con los que los peregrinos han querido agradecer al santo algún favor concedido. Asimismo, a san Andrés le podemos ofrecer una figurita llamada ‘milmaña’.

También en la zona se puede adquirir la “herba de namorar”, con la que sin duda conseguiremos ser correspondidos por la persona amada. Asimismo, no hay que olvidarse de los sanandreses (figuras de miga de pan que actúan como amuletos). Los sanadresiños o reliquias del santo.


San Andrés de Teixidó. Foto: www.turismoenxebre.com


San Andreses. Foto: www.minube.com



EL ARCA DE NOE

La ciudad de Noya tiene en su escudo un arca y una paloma volando, evocación de Noé, cuya arca se posaría en el monte Barbanza. Su nieta Noela se casó con el jefe de las tribus de la zona y de esta unión nació la ciudad de Noya, no en recuerdo del abuelo, sino de la nieta.

Otras localidades recuerdan el nombre de Noé: Noicela (Coruña), Nois, (Lugo), Noja (Cantabria), Noega (Portugal, desaparecida) tienen leyendas de personajes míticos que llegan en una Arca. Por otra parte, la tradición mantiene que Cristos de tanto arraigo popular como los de Muros y Fisterra vinieron del mar.



LA LEYENDA DE SAN AMARO

San Amaro era un noble que invirtió su fortuna en construir hospitales y asilos para los pobres y los peregrinos. Con el dinero que le quedó, construyó una nave para ir a recorrer el mundo y convertir a cuanto infiel se encontrara en el camino, además de intentar alcanzar el Paraíso Terrenal.

Después de años de navegación, llegó a una playa desierta. El lugar era de tal belleza que sugería que el Paraíso Terrenal no estaría lejos. Sin pensárselo dos veces, emprendió el camino hacia una montaña que parecía la más alta de lugar. Le costó mucho llegar a la cumbre, pero al final lo consiguió. Desde allí, contempló un paisaje de una gran belleza, con una muralla de plata que rodeaba lo que sería el Jardín del Edén. La muralla tenía una puerta de oro, hacia donde dirigió sus pasos. Por una mirilla, apareció un anciano, al que Amaro pidió que le dejara entrar para contemplar el Paraíso Terrenal. EL anciano le respondió que sólo las almas de los justos entraban en el lugar. Amaro acercó su ojo a la mirilla, pero sólo pudo ver una luz cegadora y la mirilla se cerró.

Entonces emprendió el camino de vuelta a la playa. Pero cuando llegó, la zona era ya una ciudad con un puerto muy transitado y no conocía a nadie. Las gentes estaban de fiesta. Cuando Amaro preguntó qué se celebraba le respondieron que se trataba del trescientos aniversario de la llegada de los primeros hombres a aquellas costas. Amaro entendió que, sin saber cómo, habían pasado tres siglos desde que dejó la playa hasta su vuelta. Pidió que le llevaran a la iglesia, y, ante el altar, su cuerpo se convirtió en polvo.

Como en el caso de Leyre, estamos ante un ‘viaje en el tiempo’ con una versión jacobea de la teoría de la relatividad de Einstein. Un misterio que muestra hasta dónde puede llegar la intuición de la mente humana.



FINIESTERRE

El Camino no se detenía en Santiago, sino que llegaba a Finiesterre, el fin de la Tierra, donde desaparecía el sol cada día, y más allá se extendía el Mar de los Muertos (quizá esta sea la razón de que a esta zona se le denomina “a costa da morte”), de donde nadie podía regresar. Según se desprende de los textos del historiador romano Lucio Anneo Floro, la gente contemplaba con horror cómo el sol se precipitaba cada día en el mar y desaparecía. Civilizaciones anteriores a los romanos habían construido un “ara solis” (altar dedicado al sol) donde se hacían los ritos necesarios para que el sol volviera a nacer al día siguiente.

El peregrino termina su Camino desprendiéndose de su “vida antigua”, simbolizado en la quema de las ropas que lleva, y pasar así a un nuevo renacer. Hay dos quemadores a tal efecto. También es costumbre  bañarse desnudo en las aguas del océano, como una forma de limpiarse de todo lo anterior que el peregrino lleva en el cuerpo y purificarse. Es obligado contemplar la puesta del sol como rito de la eterna muerte y resurrección. Asimismo, aconseja la tradición hacerse con una concha o vieira, símbolo de que la peregrinación se ha realizado.

No faltan los ritos de fecundidad: hacer el amor Finisterre en días que no llevan “r” (lunes, jueves, sábado o domingo, por consiguiente) asegura que la mujer quede embarazada.

Santa María de Areas es la última iglesia (el último lugar sagrado, diríamos con más propiedad) con un gran dolmen donde fue enterrada una bruja con grandes poderes.


El sol se pone en Finisterre. Foto: www.vamosdeturismo.com