Ermita de San Bernardo. 


Bernardo de Claravall

Bernardo de Claravall (1090-1153) fue un monje cisterciense francés y abad de la abadía de Claraval, de donde toma su nombre.


Expandió la Orden del Cister por toda Europa, en un intento  de reformar la Iglesia católica, dominada por la corrupción y los abusos de todo tipo. Así escribe en “Apología a Guillermo”: “La iglesia relumbra por todas partes, pero los pobres tienen hambre. Los muros de la iglesia están cubiertos de oro, pero los hijos de la iglesia siguen desnudos. Por Dios, ya que no os avergonzáis de tantas estupideces, lamentad al menos tantos gastos.”

Fue el inspirador de la Orden del Temple, redactando sus estatutos. "Bernardo de Claraval, famoso monje y reformador del Cister, redactó la regla que regiría los estatutos de la nueva orden. Dicho tratado y fundación se formalizaron en el Concilio de Troyes (Aube, Champagne). Entre 1128 y 1130, el Patriarca Estevan realizaría una nueva redacción  conocida como “Regla Francesa”. (Xavier Musquera, Un viaje por la historia de los templarios en España, ed. Santos Rodriguez)

Cuatro escenas ilustran la vida y obra de Bernardo de Claravall, ocupando la parte inferior de la cúpula, dos en la pared norte y las otras dos en la pared sur. Nótese que en ninguna de ellas se le titula como “san Bernardo”.
 

 Bernardo da los estatutos a los templarios


 Fruto de su labor pastoral: Bernardo reconcilia con la Iglesia al duque Guillermo

 
Un milagro: Bernardo da el habla a un mudo.



Otro milagro: Bernardo libra del demonio a un energúmeno.