Santuario de la Virgen de la Fuente.

 
La ermita de arriba.

 

 
Detalle del artesonado mudéjar. Una cruz de Calatrava en primer término.

La ermita “presenta una sola nave de cinco tramos, con techumbre de madera a dos aguas sustentadas por arcos diafragma apuntados que, a su vez, apoyan sobre columnas y quedan reflejados por contrafuertes. La techumbre, decorada con pinturas de elementos geométricos, vegetales estilizados y escudos de Calatrava, es uno de los más bellos ejemplos de la carpintería mudéjar aragonesa. Esta labor mudéjar se aprecia también en las puertas. La portada de acceso desde el claustro consta de arco apuntado con cuatro arquivoltas que apoyan un capitel corrido con motivos figurativos. En el exterior destaca la ventana cabecera, muy apuntada, con mainel y tracería, y cobijada por chambrana.” (Plafón explicativo del santuario)

La techumbre está decorada con este precioso artesonado, donde, aunque domina la cruz de Calatrava, abunda de símbolos geométricos, vegetales y heráldicos, que apuntan a mucho más que una simple decoración.

La Orden de Calatrava recogió las posesiones y a muchos de los miembros de la Orden del Temple cuando ésta fue disuelta en el siglo XIII. En la Virgen de la Fuente se nota la influencia de las gentes del Temple que, a pesar de  pasar a militar en la de Calatrava, no olvidaron sus creencias, como se aprecia en la carga simbólica encerrada tanto en el artesonado como en los capiteles.

 
 
 El artesonado. Estrellas octogonales, lo que nos lleva al Temple.

  •       Las estructuras octogonales del Temple suelen  relacionarse en la tierra a nivel telúrico con un pozo sagrado o cripta en la que se venera la piedra de la Diosa Madre y sobre ella, en el eje del mundo, un edículo aéreo denominado “linterna de la muerte”, el lugar en el que el iniciado muere  y sepulta la vida anterior para renacer a la vida nueva. (Nicolas Wilcox, Los templarios y la mesa de Salomón)
•        El símbolo de la iglesia octogonal proviene del Centro Sagrado Invisible: el punto central ocupado por la Roca sagrada de Jerusalén, centro del mundo para el sincretismo hebreo e islámico que los templarios acatan e incorporan en sus ceremonias. En esta arquitectura iniciática se plasma el universo; centro sagrado circular se pasa al cuadrado a través del octógono, que simboliza la unión de lo celeste y lo terrenal, la perfección divina. Como en los antiguos santuarios de la Diosa Madre, en torno a la roca del Templo,  los sufíes celebraban su danza ritual o tawaf, rodeando la piedra. (Nicolas Wilcox, Los templarios y la mesa de Salomón)
•        Y en cuanto al octógono es la base de la arquitectura de las construcciones templarias, la suma del ocho y el centro invisible que es el nueve, nuevamente el número de la Diosa Madre. (Nicolas Wilcox, Los templarios y la mesa de Salomón)
•        De la fuente octogonal (octógono sagrado y agua) brota un sauce (árbol de la Diosa Madre). El significado está claro:  la Sabiduría es el árbol que crece de la iniciación. (Nicolas Wilcox, Los templarios y la mesa de Salomón)
 
 
 El artesonado. Cruces de Calatrava al lado de motivos hexagonales y octogonales.
 
 
El artesonado. A continuación de los motivos anteriores, la media luna árabe.
 
 
Dos serpientes entrelazadas. Reflejo de la dualidad del Ser.
 
 
Animal dando de mamar a sus crías.
 
 
Lucha entre animales.
 
 
Motivos animales entre parejas de ocas.

La oca encierra una simbología tremenda desde la Antigüedad (Egipto, Babilonia, Roma…). Es la personificación de la Sabiduría, muy relacionada con la Madre Tierra, pues domina la tierra (camina), el agua (nada) y el aire (vuela). El juego de la oca era una juego sagrado basado en la numerología: 64 casillas (8 veces 8), de las que 63 están numeradas (6+3 = 9, el número de la Madre Tierra). Desde Antigüedad y hasta cátaros, templarios, masones y alquimistas, la oca es un animal sagrado debido a que se relaciona con 3 elementos: agua (la oca nada), aire (la oca vuela) y tierra (la oca anda por la tierra).

En la tradición chamánica, “en el ritual del sacrificio del caballo y la ascensión chamánica en el Altai, relatado por Radlov, el ánsar sirve de montura al chamán para perseguir al alma del caballo. A menudo es una oca y no un caballo el que sirve de montura al chamán altaico, para regresar de los infiernos, después de su visita al rey de los muertos.” (Jesús Ávila Granados, La Mitología templaria, Ed. Martínez Roca)
 
En Egipto, el alma de los faraones tenía forma de oca. Se sacrificaba una oca a Isis (diosa que recoge las creencias prehistóricas en la Madre Tierra). Cuando era nombrado un nuevo faraón, se soltaban 4 ocas en las 4 direcciones de los puntos cardinales.

En Grecia aparece en una copa de siglo V a.n.e. una Afrodita (referente de la Madre Tierra) sobre una oca, como hará Lohengrin en los siglos medievales. Orfeo regresaba cada año de los infiernos en una carroza tirada por ocas para poner en marcha el ciclo anual de la Naturaleza (una explicación mítica del ciclo agrario).

En Roma es conocida la historia de las ocas cuyo canto alertó de un ataque de los galos en el 390 a.n.e. Estas ocas custodiaban el templo de Juno. “Se sabe que los romanos sacrificaban ocas en honor de Príapo (dios de los jardines y de los huertos), al que igualmente se le rendía culto como protector contra el mal de ojo, de ahí que estuviese provisto de un sobresaliente pene.” (Jesús Ávila Granados, La Mitología templaria, Ed. Martínez Roca).

En la tradición hebraica tenemos el caso de la reina de Saba, cuyo pie izquierdo era una pata de oca. En la Edad Media, el rey godo Eurico se casó con Pedauque (“pie de oca”), mujer de grandes cualidades y en realidad evocación de la Madre Tierra. La esposa de Raimundo de Poitou, de nombre Melusina (Madre Lusina) mudaba sus pies en patas de oca según las fases de la luna; el conde tenía prohibido mirarla a los pies, pero un día vulneró su juramento y su esposa desapareció para siempre. En España existe la tradición en una mora con pie de oca como compañera de un caballero cristiano.

En los celtas, la oca era simbolizada por su pata, que deja una huella parecida al tridente de los dioses del mar. Las ocas eran portadoras del conocimiento divino y de los mensajes del otro mundo, vinculaban el mundo terrenal con los infiernos.

En Oriente, el cisne sagrado o “Hamsa” está relacionado con el dios creador “Hamsa-Vâhana” (Vehículo del Cisne). "En la tradición religiosa de la India, el Huevo del Mundo es incubado por Hamsa, una oca sagrada, encarnación del bodhisattva Siddhârta en los jatâka y montura del dios Brahma, que como tal aparece con frecuencia en la iconografía y la escultura ornamental. Las hamsa son también símbolo de las almas que ascienden a las divinas mansiones. En el mito hindú, el huevo cósmico, incubado por la oca Hamsa, se separa en dos mitades para dar nacimiento al cielo y la tierra (la polarización del andrógino, las dos series septenarias de ocas) Así el Brahmânda hindú se separa “en dos semiesferas de oro y de plata”, el huevo de Leda da nacimiento a dos Dióscuros, Cástor y Pólux, dos gemelos, uno mortal (jivatma) y otro inmortal (Atma). El huevo primordial del shinto se divide en dos mitades, una ligera y una densa (cielo y teirra);etc. La palabra Hamsa, en sánscrito, designa además al Hálito divino (que también se asocia a la Creación y la Disolución del Mundo) y a la casta única anterior a las cuatro castas diferenciadas de la sociedad tradicional hindú." (Antonio Páez, EL SIMBOLISMO DEL JUEGO DE LA OCA.). En China las ocas relacionaban el cielo con la tierra. "El budismo utiliza la imagen de la espiral como un símbolo del camino de desarrollo aunque en este caso la espiral, llamada las doce nidanas positivas, va desde estados de mínima claridad y compresión (comprender la verdadera naturaleza de dukkha) hacia estados de mayor claridad y realización, y así hasta la iluminación misma. Mientras que en el caso de la oca, aunque se mueve en espiral y en ascensión también contempla la posibilidad de caer en varias vicisitudes que nos harán retroceder, quedar varados, caer en un pozo etc. etc." (Saddhakara, El juego de la oca y la vida espiritual).

En el Camino de Santiago es corriente encontrar el símbolo de la pata de oca con tres líneas, sobretodo en dos zonas: la Rioja (Rioja = río de la oca, montes de Oca, etc.) y el Bierzo en León, y, además, podemos encontrar numerosos lugares que hacen referencia a este animal, así como al ganso y al ansar. El río Oja dio nombre a la comarca: la Rioja. Con toda seguridad “Oja” deriva de “oca”. Por si fuera poco, el río está en los montes de Oca. "Hay un Río Oja que da Rioja; saben los fonetistas (…) que entre el sonido velar ca y el gutural ja media un breve desliz articulatorio. Otro río Oca fluye en los Montes de Oca. Existe un Ocón al oeste de Astorga y un Puerto de Oca en la ribera del Tambre (que va a dar, por cierto, en la ría de Noya o de Noé). Y atrás, junto a Pancorbo, quedó ese Nanclares de Oca que tan triste y efímera notoriedad alcanzara al término de la guerra civil… Nos sorprende leer en el Poema de Fernán González que el culto jacobeo llegó a tierras burgalesas justamente cuando en Castilla un pequeño rincón / y era de castellanos Montes de Oca mojón." (Fernando Sánchez Dragó, Historia mágica del Camino de Santiago, ed. Planeta)

También las patas de oca aparecen en las señales de canteros de numerosas catedrales y templos medievales, por lo que se le supone que era el símbolo distintivo de los Maestros Constructores, antecedente de la Masonería. El crismón de los templos medievales puede ser una doble pata de oca.

En Puente la Reina (Navarra) encontramos en la iglesia del Crucificado un Cristo (siglo XIV) sobre un madero no en forma de cruz, sino de pata de oca.

La oca está presente en las leyendas de la Edad Media asociadas al Santo Grial. Alfonso X el Sabio nos habla del Caballero del Cisne, que sirvió de inspiración a Wagner para su ópera Lohengrin. Es la historia de Elsa de Brabante, a quien se le aparece en un río un caballero sobre un cisne blanco. Este caballero ayuda a Elsa a recuperar su trono, del que había sido violentamente apartada por Rodolfo. La pareja contrae matrimonio, pero el caballero le pone como condición que nunca le pregunte por su nombre. Finalmente, Elsa, engañada por la esposa de Rodolfo, le hace al caballero la pregunta fatídica, a lo que éste le responde: “Soy un caballero del Santo Grial, que he venido a ayudarte cuando solicitaste ayuda. He salido del Reino del Santo Grial, en el más absoluto anonimato y si alguien descubre mi identidad debo regresar al Reino del Santo Grial. Mi nombre es Lohengrin y soy de una tierra desconocida. El Cisne, que tiraba de la barca, es mi hermano.” Entonces apareció el cisne blanco y el caballero desapareció con él.

En el claustro de la catedral de Barcelona aún se conserva la costumbre de cuidar a 13 ocas vivas (el mismo número de ocas que en el juego). En la bóveda de Santa Eulalia en Lugo aparecen pintadas 13 ocas. La relación entre Eulalia (“la que bien habla”) y la oca aparece en muchos lugares de la geografía española; Eulalia es la cristianización de la diosa Cibeles, cuyos templos estaban guardados por ocas que con su canto aconsejaban a los humanos. Parece ser que la custodia de los templos por las ocas es una costumbre que arranca en la noche de los tiempos y llega hasta nuestros días.

Para Jung un animal como la oca, que se mueve en 3 mundos (agua, aire, tierra) es un psicopompo, mediador entre el consciente y el inconsciente.

Los brujos y brujas gallegos utilizan plumas de oca en sus conjuros.
 
 
Pareja de ocas. A la izquierda, una adormidera, una droga, que serviría para entrar en estados alterados de conciencia.
 
 
La adormidera.
 

La paloma es el símbolo del espíritu vital, la inocencia y la paz. Es el Espíritu Santo para los católicos. También simboliza a los Caballeros del Grial. La paloma, "además de participar del poder simbólico general de todos los animales alados –espiritualidad y poder sublimación-, constituye, desde los tiempos de Noé, la esencia cósmica de la paz, armonía, esperanza y felicidad reencontrada entre todos los seres (…). Si la paloma es de plumaje blanco, debemos añadir otros conceptos, igualmente importantes, para el equilibrio de la comunidad, como son el candor y la pureza. (…) Otro simbolismo asociado a la paloma, igualmente extendido desde tiempos inmemoriales, es el del amor: el amor puro y limpio.” (Jesús Ávila Granados, La mitología cátara, ed. Martinez Roca)
 
 
Un ángel.
 
 
Un león. Con el león se realiza el proceso de muerte y re-nacimiento, tanto en los iniciados como en los procesos alquímicos. Se creía que los cachorros de león nacían muertos y que revivían con el aliento de su padre, por lo que es símbolo de resurrección. El león está presente en la obra alquímica como león rojo o azufre; el león verde nos indica el comienzo de la obra; dos leones juntos (como aquí es el caso: leones agrupados en parejas) representa el carácter dual del mercurio filosófico.
 
 
Una cabeza (¿el sol? ¿la luna?) entre animales.
 
 
Pareja de ocas.
 
 
Un ángel con un ala subida y otra bajada.
 
 
La flor de la vida. Es el símbolo de la creación en la tradición religiosa judaica, aunque es de origen egipcio.
 
 
Una sirena, con los pechos al descubierto. Es una figura muy habitual en los centros religiosos ya en el Románico. El símbolo es muy conocido en Grecia: las sirenas atraen a los hombres con sus cantos y los llevan a la perdición. “El canto de las sirenas son las palabras de las mujeres mundanas” dice Bernardo de Claravall, y así parece que nos está advirtiendo de lo que puede pasar en ciertas circunstancias. Para la Iglesia católica, es la imagen de la mujer como origen de todo mal.