Románico del Solsonés, Lleida



Catedral de Solsona. La fachada exterior



Ubicación de la catedral y otros lugares de interés en la localidad. (Cartel informativo de la Catedral de Solsona).


La catedral de Santa María de Solsona está ubicada en un conjunto de edificios (entre los que destacan, además de la propia catedral, el Palacio Episcopal), construidos desde los siglos XII al XVIII. En consecuencia, comprende los estilos románico, gótico y barroco.

No obstante, ya en el siglo IX hay noticias de la construcción de una Iglesia de Santa María. 


La Solsona medieval. (Cartel informativo de la Catedral de Solsona).


La catedral actual es de mayoritariamente de estilo gótico. Comenzó su construcción en 1299  y no se terminó hasta 1630.


Plano de la Solsona medieval. (Cartel informativo de la Catedral de Solsona).


El barrio de Santa María (zona de Ribera). “Durante los trabajos recuperación del antiguo pozo de hielo se pudieron documentar indicios de la existencia de un primitivo barrio medieval ubicado en el entorno de la Sede. Entre estos restos destaca el que correspondía a la acera de una calle y restos de algunos muros y pavimentos de las antiguas edificaciones, las cuales indican una cronología relativa de mediados del siglo XI a inicios del XII”. (Cartel informativo de la Catedral de Solsona, traducido del catalán).


Se llega a la catedral pasando por la puerta de muralla del siglo XVIII llamada Portal del Pont (Portal del Puente), pues se halla enfrente del puente sobre el río Negre.


La entrada oeste.


La entrada de San Agustín es de estilo barroco. Se construyó en el siglo XVIII destruyendo casi toda la portalada románica. El impulsor de tales obras fue el obispo Lasala.


La catedral, formando parte del recinto amurallado.


Primer recinto amurallado. “La historia del Portal del Pont (Portal del Puente) y del Pou de Gel (Pozo de Hielo) está estrechamente vinculada con la construcción de las murallas que rodearon a la villa. La documentación escrita nos habla de dos recintos amurallados. El primero lo encontramos datado a caballo entre los siglos XI y XII, y ésta ya enmarcaba los dos principales núcleos de poder: la iglesia, ubicada en el emplazamiento de la actual catedral, y el castillo de los Torroja, situado cerca del portal conocido hoy día como “Portal del Castell”. No se conocen con exactitud la fecha en que se iniciaron los trabajos, pero conocemos una cita de 1190 en la cual el conde de Urgell se comprometía a respetar la muralla en caso de asedio.” (Cartel informativo de la Catedral de Solsona, traducido del catalán).


La fachada este.



Plano de la Catedral. (Cartel informativo de la Catedral de Solsona).



Restos del Portal románico.


“De la primitiva iglesia románica (1070-1163) aún se conservan notables testigos como los tres ábsides, el campanario, el claustro, la bodega y el comedor de los canónigos, actual “sala dels Màrtirs” [sala de los Mártires]. La catedral actual es de estilo gótico, empezada a finales del siglo XII y acabada en el siglo XVII. A la izquierda del crucero se encuentra la capilla de la Mercé. A la derecha está la capilla donde se venera la imagen de la Mare de Déu del Claustre, del siglo XII, catalogada como una de las esculturas más importantes del románico catalán. La puerta exterior de la plaza de la plaza de la iglesia es neoclásica (1780) con un relieve de San Agustín en éxtasis. La fachada de la plaza de Palau es barroca y contiene un relieve de la Asunción (1769)” (Cartel informativo de la Catedral de Solsona).


Restos del portal románico. El dragón.


“Para (…) Jesús Herrero Marcos (…) el dragón no es sólo un “animal diabólico” como oficialmente se le reconoce en la Iglesia, sino que, citamos directamente de su “Bestiario Románico”, “simboliza la sabiduría, pro su profundidad de visión… y en la antigüedad clásica, su presencia custodiaba lugares sagrados y tesoros”. (M. Aracil, EL misterio de las catedrales catalanas, Gómez editores). 

El dragón también se le puede asociar con la serpiente. En todas las cosmogonías prehistóricas la serpiente tiene las mismas características: como muda su piel, nunca muere, por lo que es símbolo de lo eterno, y muy asociada a los cultos maternales, pues vive bajo tierra, en el seno de la Madre Tierra. "A la serpiente se le ha considerado guardadora o custodia ancestral de tesoros escondidos o, lo que es lo mismo, de saberes y conocimientos ocultos. Representa también el renacimiento del iniciado que, con su muerte simbólica y renacimiento, se asemeja al cambio de piel que el ofidio efectúa cada primavera.

"Este reptil no siempre simboliza el cuidado de  un tesoro material, también representa el conocimiento oculto y esotérico para aquel que sepa arrebatárselo. Cabe recordar que en las antiguas culturas mediterráneas la serpiente era portadora de saberes, como en el caso de Egipto cuyo faraón la llevaba en su tocado como símbolo de poder y sabiduría. También los héroes míticos de distintas culturas han estado vinculados siempre con la serpiente. Desde las sacerdotisas de Creta, que son representadas con serpientes en las muñecas, hasta los gnósticos, que veían en el reptil al liberador de las prohibiciones del Demiurgo.

"Ladón, otra serpiente, custodiaba las manzanas de oro del Jardín de las Hespérides y fue muerta por Hércules para poder robarlas. Gilgamesh, héroe babilónico, sufre el hurto de la  hierba de eterna juventud por una serpiente.

"Si tratamos el tema simbólico de este ofidio no podemos olvidar el famoso y conocido ‘Caduceo de Hermes’, adoptado por el médico Asclepio, signo de conocimiento y sabiduría. O Apolo, que  vence a Plutón y construye sobre su guarida el templo de Delfos, y la serpiente Fafnir, que es vencida por el héroe germánico Sigurd, el cual se baña en su sangre y adquiere la sabiduría. En todas estas representaciones simbólicas hay que añadir la letra “S”, cuando ésta se convierte en un signo serpentario en representación de conocimientos ocultos.

"Siglos más tarde, la Iglesia, con intereses de todo tipo, convierte este símbolo ancestral en maléfico y demoníaco. A partir de aquel instante, el hermano de la serpiente, el dragón, también es considerado negativo. Más tarde irán apareciendo con los años toda una serie de variopintas vírgenes, en estilos y colores, cuya misión celestial será pisar la cabeza del animal. De nuevo aparece la representación de lo bueno sobre lo malo, de la virtud sobre el pecado, y de lo positivo sobre lo negativo.

"Unos pocos grupos considerados ocultistas, luciferinos, esotéricos o iniciáticos consideran que la verdad siempre se falsea, sin importar el color de quien ostente el poder. Para dichos grupos minoritarios, estas representaciones, como las de los conocidos relucientes caballeros que matan al dragón, son los símbolos de la intolerancia, del pensamiento único y de todos aquellos que obsesivamente no permiten la existencia del libre pensador. En resumen, estas imágenes, al igual que las del Románico, que son ambivalentes, poseen un doble significado, en este caso el del poder establecido, que no permite que el conocimiento y la sabiduría lleguen hasta el más humilde de los mortales para convertirle en un ser libre. Alguien dijo hace siglos: “La verdad os hará libres”, y lo saben." (Xavier Musquera, Un viaje por la historia de los templarios en España, ed. Santos Rodriguez)


Canecillos. Artesano con una carga y personaje del que le salen dos serpientes de la boca.


Canecillos con figuras humanas.


Canecillos.


El mono representa al hombre reducido a su expresión más simple y miserable.


Canecillos. Un músico y un personaje sentándose en una postura de yoga.


Canecillos. Un artesano, un mono y un personaje sentándose en una postura de yoga.


Canecillos. Un ángel y un ser monstruoso.


Canecillos. Un mono tapándose la boca, una pareja copulando en postura del 69 y un músico.


Canecillos. Un hombre boca abajo y un ángel.


Canecillos. Una serpiente y un felino


Canecillos. Personaje monstruoso y un músico.


Canecillos. Una cabeza y motivos vegetales.


Canecillos. Motivos vegetales.


Canecillos. Dos palomas, un animal monstruoso y un hombre sentado o haciendo sus necesidades(¿?)

La paloma es el símbolo del espíritu vital, la inocencia y la paz. Es el Espíritu Santo para los católicos. También simboliza a los Caballeros del Grial. La paloma, "además de participar del poder simbólico general de todos los animales alados –espiritualidad y poder sublimación-, constituye, desde los tiempos de Noé, la esencia cósmica de la paz, armonía, esperanza y felicidad reencontrada entre todos los seres (…). Si la paloma es de plumaje blanco, debemos añadir otros conceptos, igualmente importantes, para el equilibrio de la comunidad, como son el candor y la pureza. (…) Otro simbolismo asociado a la paloma, igualmente extendido desde tiempos inmemoriales, es el del amor: el amor puro y limpio.” (Jesús Ávila Granados, La mitología cátara, ed. Martinez Roca)


Canecillos. Especie de águila y mujer sentada o haciendo sus necesidades (¿?)


"En una religión de signo solar como la cristiana, en ocasiones se identifica al fiel con el pájaro cuyo vuelo se dirige hacia Dios. Ya en el arte paleocristiano, el Espíritu Santo se identificó con la imagen de la paloma, representación que perdura en nuestros días.

"A pesar de que las aves son representadas de muchas maneras, la más frecuente es la de las aves afrontadas.  Esta simetría oriental, recibida por los visigodos a través de Bizancio, es tema corriente en el Prerrománico, que más tarde pasaría a formar parte del Románico.

"Aves que en principio son ornamental poseen un significado de dualidad que se complementa en sus opuestos. Dualidad que, con insistencia, nos recuerda la afinidad que poseían los templarios con dicho significado: su estandarte es el ‘beausseant’, compuesto por los colores blanco y negro; monjes y guerreros, religiosos y militares, etc.

"Lo que parece ser una simple escena de supervivencia animal, como es el caso de un ave que se cierne sobre un animal terrestre, se convierte en un significado mucho más profundo cuando está representando al espíritu (concepto celeste) que alcanza a la materia (concepto terrestre) y la animal, la da vida para poder manifestarse." (Xavier Musquera, Un viaje por la historia de los templarios en España, ed. Santos Rodriguez)


Ventana de la zona este.




La fuente de la iglesia


En la plaza, al lado de la catedral, una de las tres fuentes góticas de Solsona. Data del siglo XV.


Un signo celta


“El trisquel, trikele o trinacria celta es un símbolo geométrico y curvilíneo formado por una hélice de tres brazos en espiral que se unen en un punto central configurando una forma en hélice, al estilo de los símbolos solares, como la esvástica.

“En la forma griega de las tres piernas (Triskelion - τρισκέλιον) se incluye en el escudo de la Isla de Man, y con una cara central de medusa en el de Sicilia.

“Según la cultura celta, el trisquel representa la evolución y el crecimiento. Representa el equilibrio entre cuerpo, mente y espíritu. Manifiesta el principio y el fin, la eterna evolución y el aprendizaje perpetuo. Entre los druidas simbolizaba el aprendizaje, y la trinidad Pasado, Presente y Futuro.

“Según esta cultura, los druidas eran los únicos que podían portar este símbolo sagrado. Como talismán, era utilizado para aliviar fiebres y curar heridas. Se han encontrado numerosos trisqueles en forma de petroglifos grabados en la piedra; tales vestigios son muy comunes en las comunidades autónomas españolas de Galicia, Asturias, Cantabria y País Vasco convirtiéndose el citado símbolo en un icono representativo de la cultura celta, y reproducido en artículos turísticos y de mercadotecnia.

“También se han encontrado trísqueles prerromanos (trescelas dextrógiras y levógiras) en Vizcaya, en las estelas encontradas en Meñaca, Dima y Zamudio. Asimismo, aparecía en acuñaciones monetarias de la ciudad prerromana de Ilíberis (hoy Granada).”  (fuente: Wikipedia)


Otro símbolo en la fuente gótica, que semeja un útero.


Decoración de animales en la parte superior de la fuente.



Murallas


En las inmediaciones de la catedral quedan restos de la muralla, hoy transformada en viviendas.


La construcción de las segundas murallas: “El importante crecimiento demográfico que la villa experimentó hacia mediados del siglo XIII implicó la construcción de un nuevo recinto amurallado. La fecha en que se decidió la construcción de este nuevo trazado está perfectamente documentada: el 17 de abril de 1303, el vizconde Ramon Folch X, el Paborde Berenguer de Vilabernt (jefe de la comunidad eclesiástica) y los prohombres de la villa firman un acuerdo a través del cual se aprueba la construcción de las nuevas murallas y la conducción de agua desde Lladurs hasta Solsona”.

“Según menciona la documentación solsonenca, las obras de estas segundas murallas, iniciadas hacia el 1310, duraron más de cien años, ya que en 1412 aún estaban en construcción. La financiación se conseguía a través de los impuestos que se cobraban a todos los habitantes de la ciudad, tanto si se encontraban bajo jurisdicción señorial como eclesiástica.

“Poco después de iniciarse la construcción de este nuevo proyecto surgió un conflicto entre Ramon Folch X y los clérigos: no se ponían de acuerdo sobre cuál había de ser el trazado en la zona norte de la antigua canónica de Santa María, que corresponde al barrio medieval de La Ribera. El vizconde quería seguir un trazado más reducido, cosa que implicaba que el sector de La Ribera, densamente poblado, quedase totalmente desprotegido. El objetivo del vizconde era reducir la parte de la jurisdicción de la canónica, dejando fuera de las murallas las casas que había en su alrededor, y así hacerlas echar a tierra para que la población se fuera trasladando al nuevo recinto de jurisdicción señorial. EL conflicto pasó a manos del rey Jaume II, quien obligó a Ramon Folch a integrar a este barrio en el interior del recinto amurallado, pero al final no se llevó a término, y únicamente quedó incluida la canónica en el trazado que aún actualmente subsiste. Como consecuencia, el barrio fue echado a tierra y también incendiado.

“La muralla que se estaba construyendo tenía que ser de dos metros de ancho y de 16 metros de altura. Se abrieron nuevos portales (de los cuales hay que destacar el del Castell y el de Llobera como los más importantes) y contenía 21 torres. Hoy día únicamente se conservan tres torres en buen estado, en la zona del Vall Calent (Valle Caliente), y los cimientos de otra en el lugar en que estuvo el palacio de los Cardona, cerca del Portal del Castell”.  (Cartel informativo de la Catedral de Solsona, traducido del catalán).

Restos de un torreón cuadrangular.