Morella




Un poco de Historia



PASO OBLIGADO ENTRE EL VALLE DEL EBRO Y EL MEDITERRÁNEO. Morella ocupa una posición estratégica como lugar de paso obligado entre el valle del Ebro y el Mediterráneo. Es así que se han encontrado restos de la presencia humana desde hace milenios: elementos del epipaleolítico, pintura levantina en varios abrigos (Morella la Vella, a unos 6 km, con escenas de caza y figuras humanas y de animales), elementos del neolítico en el castillo, muchos restos de la Edad del Bronce y cerámica ibérica en abundancia, restos griegos focenses y romanos.

Los romanos la llamaron Castra Aelia, mientras que los musulmanes le dieron el nombre de Maurela (del que deriva Morella), incluyéndola en la taifa de Tortosa.

En la Edad Media Morella adquiere un valor de primer orden como lugar estratégico y como capital de un territorio que hoy identificaríamos con la comarca de Els Ports. Aquí tuvieron lugar dos batallas del Cid, a finales del siglo XI, cuando estaba al servicio de la taifa musulmana de Zaragoza: la primera batalla fue contra el rey de la taifa de Lleida y la segunda contra el conde de Barcelona. Alfonso el Batallador conquistó Morella por una pequeña temporada, a comienzos del siglo XII.

Su conquista definitiva por los cristianos data de octubre de 1231, aunque se da como fecha oficial el 7 de enero de 1232, quizá porque esa es la fecha de ‘dedicatio’ de la iglesia. Al principio hubo una dura pugna entre el rey Jaime I y el noble aragonés Blasco d’Alagó por el señorío de la localidad. Blasco tenía la promesa del rey de quedarse con todo lo que conquistara y él había sido quien, efectivamente, había tomado Morella. Pero Jaime I no cumplió su promesa en este caso: estando en Villarroya, preparando la conquista de Valencia, fue a Morella a decirle a su mayordomo que esta ciudad és llogar que fa per nul hom del món sinò a rei’. Se ponía en evidencia que Morella estaba prácticamente en el centro de la parte continental de la Corona de Aragón, tocando con Catalunya, Aragón y Valencia, y no muy lejos de Mallorca. Las negociaciones entre el rey y el noble terminan en que Blasco será el señor de Morella hasta su muerte y que entonces la ciudad pasará a dominio real; Jaime I se reservaba la posesión de la torre Zeloquia, la más alta del castillo, en señal de soberanía. Blasco le dio carta de población en 1233. Al cabo de poco tiempo, el noble se levantó en armas contra su rey y murió en la batalla en 1250, con lo que Morella pasó a señorío real. La ciudad era como una isla real en medio de un océano de posesiones de órdenes militares (hospitalarios, templarios, calatravos, monteses…).


Morella

MORELLA PASA DEL REINO DE ARAGÓN AL REINO DE VALENCIA. En 1270 Morella pasa a formar parte del Reino de Valencia, pues hasta ese momento pertenecía a Aragón. En las Cortes Valencianas Morella ocupó el lugar de primera villa del reino, sólo detrás de Valencia y Xàtiva y, posteriormente, de Orihuela y Alicante; de hecho, Morella ha tenido el mayor término municipal de Valencia. Por contribución a las arcas reales era la segunda o tercera ciudad del Reino.

Morella incluía unas 30 localidades de los alrededores. Las relaciones entre todos estos núcleos de población estaba regulada por fueron, sentencias y concordias reales, dándose situaciones muy variadas, des forma que mientras Olocau era prácticamente independiente, otras localidades eran autónomas y el resto dependía totalmente de Morella.

El castillo tienen una plaza de armas de 1070 metros. Fue palacio del gobernador. Destacaremos el aljibe, la torre de la Pardala, la posición de Cacho, los restos de los palacios reales, las torres del Homenaje y los pabellones oficiales. Entre 1700 y 1714, durante la Guerra de Sucesión, el castillo fue ocupado por los austriancistas y quedó muy maltrecho: en tres días recibió 19.000 proyectiles, alcanzando el polvorín, lo que produjo una explosión que desvastó el castillo.

2,5 KM DE MURALLAS. Las murallas tienen un recorrido de 2.500 metros. Su altura va de los 10 a los 15 metros y su espesor es de 2 metros aproximadamente. Sus obras de construcción fueron iniciadas entre 1324 y 1330, como modificación de las primitivas murallas musulmanas del siglo XI. La mayor parte de ellas se debe a Pedro IV de Aragón (1336-1387). Se reformaron en los siglos XVII y XVIII. Destacan las puertas de la Nevera, Sant Miquel, Morella, Sant Mateu, Forcall, del Rei y dels Estudis; las torres del Públic, la Nevera, el Trinquet, Sant Miquel, la Redona, de la font, Alós, del Asperó, Beneyto, de Fredes, Sant Mateu, del Forcall, del Carraixet, del Rei, dels Estudis y Sant Francesc.

El Ayuntamiento es gótico del siglo XV. Se construyó entre 1410 y finales del siglo XV.

En Morella destacaba la actividad comercial, con unos fuertes gremios (orfebres, plateros, escultores, tejedores…); había una delegación de comerciantes de Morella en la Atenas de los almogávares, mientras que el comercio de la lana con Italia era una actividad habitual; en 1510, el alcalde de Morella organizó una expedición para conquistar el norte de África. Había una pequeña comunidad judía con los mismos derechos que la de Valencia, por concesión de Jaime I en 1264. En los siglos XIII y XIV fue refugio de una importante comunidad cátara, relacionada con la de Sant Mateu; aquí vivió y trabajó como cestero el último perfecto cátaro, Guillem de Belibaste, que finalmente murió en la hoguera en Francia en 1321. Seguramente los cátaros desarrollaron la industria textil morelense, que ha sido uno de los elementos socioeconómico que ha caracterizado a la ciudad.


Iglesia de Santa María


EN EL SIGLO XIX, CAPITAL DEL CARLISMO. En el siglo XIV, cuando el sistema feudal entra en una gran crisis, se desatan las contradicciones económicas y políticas. Francesc de Vinatea, perteneciente a una familia de señores feudales de la Todolella, se puso al frente de las principales ciudades y villas del reino para enfrentarse al rey Alfonso el Benigno, pues la segunda esposa del rey, Eleonor de Castilla, quería ceder en feudo a su hijo Ferrán las principales ciudades de la Corona.

En la crisis de las Germanías, Morella permaneció fiel a Carlos V, aportando tropas y siendo la sede de las autoridades reales. De esta época tenemos noticia de una bandera propia de Morella, que sería roja con el escudo de la ciudad en el centro.

En 1691 Carlos el Embrujado concedió la independencia municipal a nueve de las aldeas que pertenecían a Morella, para conseguir a cambio un donativo para las vacías arcas reales.

Durante la Guerra de Sucesión, a comienzos del siglo XVIII, Morella permaneció en el bando felipista. Fue conquista dos veces por los austriancistas, lo que se saldó con la destrucción del barrio de Sant Miquel.

Con el Decreto de Nueva Planta quedó liquidado el Reino de Valencia. Morella pasó a ser la capital de un corregimiento que llegaba hasta cerca de Segorbe.

Durante la Guerra de la Independencia fue ocupada por los franceses en 1809 y liberada en 1813 por la guerrilla de Nebot y las tropas del general Elio.

En 1838 fue ocupada por los carlistas. Con el general Cabrera, ‘el tigre del Maestrazgo, se convirtió en al capital de la Comandancia Militar Carlista de Valencia, Aragón y Maestrazgo. Aquí fue proclamado Carlos de Borbón como rey. La ciudad resistió a las tropas isabelinas, hasta que fue conquistada por Espartero.