El Monasterio de Rueda




La iglesia



La iglesia es cisterciense y destaca por su gran sencillez. “La iglesia responde a uno de los modelos más sencillos entre las tipologías del Císter: tres naves con triple cabecera plana, sin crucero y cubierta con bóvedas de crucería simple” (Wikipedia). Se consagró en 1238 y no se terminó hasta finales de la Edad Media. En el lado del Evangelio, tenemos las capillas de Santa Bárbara y San Bernardo, barrocas. Junto a la cabecera, apreciaremos una sacristía medieval muy reformada.


Fachada principal de la iglesia, con un rosetón octogonal. "El símbolo de la iglesia octogonal proviene del Centro Sagrado Invisible: el punto central ocupado por la Roca sagrada de Jerusalén, centro del mundo para el sincretismo hebreo e islámico que los templarios acatan e incorporan en sus ceremonias. En esta arquitectura iniciática se plasma el universo; centro sagrado circular se pasa al cuadrado a través del octógono, que simboliza la unión de lo celeste y lo terrenal, la perfección divina. Como en los antiguos santuarios de la Diosa Madre, en torno a la roca del Templo,  los sufíes celebraban su danza ritual o tawaf, rodeando la piedra. (…) Y en cuanto al octógono es la base de la arquitectura de las construcciones templarias, la suma del ocho y el centro invisible que es el nueve, nuevamente el número de la Diosa Madre.” (Nicolas Wilcox, Los templarios y la mesa de Salomón)

Motivos hexagonales en la fachada de la iglesia. Este motivo, denominado "flor de la vida", simboliza el eterno renacer.

Rosetón en forma de trisquel. Se trata de un símbolo celta que representa al sol. Sólo los druidas podían llevar este símbolo. "Según la cultura celta, el trisquel representa la evolución y el crecimiento. Representa el equilibrio entre cuerpo, mente y espíritu. Manifiesta el principio y el fin, la eterna evolución y el aprendizaje perpetuo. Entre los druidas simbolizaba el aprendizaje, y la trinidad Pasado, Presente y Futuro. (...) Como talismán, era utilizado para aliviar fiebres y curar heridas."  (Wikipedia)

Rosetón en forma triangular, dentro de un vórtice con el nivel energético más alto de todo el templo, lo mismo que el de Morella o el de Valderrobres. “Para interpretar alguna  de las claves de este singular rosetón tenemos que recordar la importancia de esta esotérica figura geométrica. El triángulo equilátero representa la divinidad, la armonía y la proporción; de él deriva el ‘pentagrammon’, símbolo de la armonía universal. No es casualidad, por lo tanto, que el ojo de Dios Padre, el Gran Arquitecto del Universo, aparezca como un triángulo equilátero con la punta hacia arriba, que se corresponde con el elemento tierra. Alquimísticamente hablando es, además, el fuego, el corazón y el sexo masculino. El sello de Salomón está formado por dos triángulos invertidos que equivalen a la sabiduría humana. En la tradición judaica, el triángulo equilátero representa a Dios, cuyo nombre no se puede pronunciar. Y conocida es la importancia atribuida por la francmasonería al triángulo equilátero con la punta hacia arriba, al que denomina “delta luminoso”, en clara evocación a la forma de la mayúscula griega. (…)” (Jesús Ávila Granados, La mitología templaria, Ed. Diversa. Se refiere al rosetón de Valderrobres, pero el análisis es igualmente válido para Rueda)

Otra vista del rosetón triangular

Ventanal con vidrieras. Representa un valor numérico.

Rosetón cuadrangular. El número 4

Rosetón hexagonal. El ciclo de muerte y renacimiento
Motivo hexagonal hecho en base al cruce de 6 circunferencias

Una vista general de la nave de la iglesia


La torre es mudéjar, lo que le confiere un carácter particular al conjunto. 


La torre mudéjar

La orientación del eje de la iglesia es de 100º, que apunta a la salida del sol a principios de octubre, lo que coincide con el día de San Miguel en el Calendario Juliano, que, en las fechas en que se construyó la iglesia de San Miguel, estaba desfasado con el actual (el Calendario Gregoriano) en 8 ó 9 días. Astronómicamente, por estas fechas el sol sale por la constelación de Libra, lo que nos lleva a los cultos prehistóricos a la Madre Tierra. La orientación de 100º aparece en numerosos edificios religiosos templarios.