El Monasterio de Rueda




Resumen histórico





El monasterio de Rueda se comenzó a construir en el siglo XII en el marco de las guerras de conquista y cristianización de las tierras aragonesas, que en ese momento pertenecían a los musulmanes. Es un monasterio cisterciense con una estructura que sigue las normas de esta Orden, que tanta influencia tuvo en el siglo XII. La Orden de Cister defiende el ascetismo y la sencillez, como reacción al románico -en lo artístico- y trata de dar una imagen de vuelta al cristianismo primitivo frente a la opulencia y corrupción en que vivían las jerarquías eclesiásticas -en lo religioso-, que tantas protestas había de suscitar entre las gentes de la época. Uno de los principales inspiradores de la Orden fue Bernardo de Claravall, que también fue impulsor de la Orden del Temple; suya es la frase: “Prohibición absoluta de tener esculturas. En cuanto a las pinturas, se permite únicamente tenerlas sobre las cruces, y a la vez no pueden ser de otro material que no sea madera” (Bernardo de Claravall, Capítulo XXXVI).

El monasterio se ubica en el término municipal de Sástago, en una zona navegable del Ebro, con una rica agricultura y buena zona de pastoreo. Además, posee una laguna salina; la sal tiene una gran importancia en la edad media porque sirve para conservar los alimentos.

Plano del monasterio. Fuente: plafón informativo del Monasterio de Rueda

Los orígenes del monasterio se remontan al 1152, cuando los monjes de Gimont fundan la abadía de Nuestra Señora de Saltz (nótese: ‘Nuestra Señora de la Sal’). Estos monjes procedían de la casa madre de Morimond, una de las principales propulsoras del Císter en Europa.

El siguiente paso se produce en 1162, cuando Villanueva de Gállego (Burjazud, para los musulmanes) cede las tierras con que se funda la abadía de la Juncería. En 1182, Alfonso II cede a los monjes el castillo y la villa de Escatrón, localidad que se sitúa justo enfrente del Monasterio de Rueda. Finalmente, en 1202,se hace la fundación del monasterio como tal.

A partir de ahí, asistimos a varios siglos de obras, según fueran las disponibilidades económicas de la congregación del Monasterio de Rueda. En 1238 se consagra la iglesia; en 1292 el rey confirma los privilegios para la extracción de madera y piedra para las obras; en la segunda mitad del siglo XIV y comienzos del siglo XV queda terminada lo que podríamos llamar la fase medieval del monasterio acabando las últimas fases de la iglesia, la zona de conversos, las estancias agrícolas y el antiguo palacio del abad. En los siglos XVI y XVII finalizan las obras de la inmensa Plaza de San Pedro. Una galería herreriana une el nuevo palacio del abad con el conjunto medieval y, detrás del claustro, se levanta una gran nave con los nuevos dormitorios y el noviciado, ahora en ruinas.

El azud y la noria comenzaron a construirse con el monasterio. A partir de la noria, un acueducto gótico, en parte visible y en parte subterráneo, lleva el agua del Ebro hasta el monasterio.

La desamortización de Mendizábal, en los años 1836 y 1837, hizo que el monasterio quedase como un conjunto de uso agrícola. Toda su riqueza arquitectónica y artística comenzó a dispersarse. Finalmente, quedó en ruinas. En 1990, el propietario cedió el monasterio y los terrenos al gobierno de Aragón y comenzó su restauración.

Vista general. Foto: plafón informativo del Monasterio de Rueda