Catedral de Tarragona



Los capiteles del claustro: La procesión de las ratas

Representa a un gato que se finge muerto y es llevado a enterrar por un séquito de ratas hasta que se revuelve y las ataca. Hay muchas teorías sobre este significado de la escena de las ratas; la más popular y la menos creíble es que en plena Edad Media un gato acabó con una terrible plaga de ratas en la ciudad y que por eso lo inmortalizaron en el claustro. 

La interpretación no es fácil, pues no encontramos una relato que nos sirva de orientación en textos grecolatinos o medievales: ni Isidoro de Sevilla ni el 'Libro de los Gatos' hacen mención a una escena como ésta. Un tema parecido lo encontramos en otros lugares: en la catedral de Teruel tenemos un gato colgado por las ratas; en el claustro de Silos unas ratas observan a un gato; también el tema lo vemos en la sillería de Talavera de la Reina.

La fuente que creemos más plausible de nuestra 'procesión de las ratas' la encontramos en los textos hindúes y en el fabulista griego Esopo -a su vez, muy influido por esos textos de la India-. Se trata de historias de animales que hablan cuya moraleja sirve para transmitir una serie de actitudes en el modo de obrar y de conocimientos filosóficos e iniciáticos. En la India se usaban estas fábulas para educar a los jóvenes príncipes. La escena nos aleccionaría sobre cómo combatir a un enemigo más numeroso (muchas ratas frente aun solo gato): lograr que rebajen su atención  haciéndoles creer nuestra inferioridad (el gato se hace el muerto) y, en ese momento, atacarlas (las ratas, desprevenidas, sucumben ante la embestida del gato).





La 'procesión de las ratas'