Catedral de Tarragona


El claustro


El claustro de la Catedral de Tarragona



El claustro tiene forma de cuadrado casi perfecto, pues sus dimensiones son de 47 x 46 m. Se comenzó a construir a finales del siglo XII en estilo románico para terminarse en estilo gótico en el siglo siguiente.

Los muros de las alas NO y NE del claustro forman parte del Témenos o gran plaza sacra romana, que databa del siglo I y sobre cuyos restos se levanta la catedral y varias dependencias religiosas del conjunto. Las columnas del claustro son de mármol romano; la presencia romana también se deja ver en las inscripciones de los sillares y en los resto de un friso.

La presencia musulmana en este recinto se ve en el friso con elementos polilobulados que recorre toda la cornisa, como resto de la antigua mezquita. También, en el muro de la galería oeste tenemos una inscripción árabe del año 960.


El friso, vestigio de la mezquita musulmana que se erigió en este lugar

Hay hasta 295 capiteles, de los que 28 contienen temas historiados. A destacar las figuras geométricas y vegetales, las figuras fantásticas del bestiario medieval y la famosa 'procesión de las ratas'.







El portal románico

El portal románico del claustro es otro elemento a destacar, y data del 1200-1230. Es de mármol blanco y comunica al claustro con el interior de la catedral. Se creía que los males se curaban al pasar por este portal; también, tres pequeños huecos servían para introducir tres palos y así entrar en contacto con el interior de forma que la madera se volvía milagrosa para todo aquel que la tocara.



Pasar por este portal cura los males


La Virgen y el Niño. La postura de la mano derecha del Niño es hacer un Mudra, que es una figura del yoga: el Pran Mudra o la transmisión de energía.




Las serpientes en la parte baja del pórtico




Las capillas

La capilla gótica de la Madre de Dios de la Guía data del 1300 aproximadamente. El altar descansa en una columna romana.

La Virgen del Claustro

La imagen de la capilla de la Virgen del Claustro es muy venerada. Data del siglo XIII. Contiene una imagen de la Virgen dando de mamar al Niño. La escena de la 'lactatio' simboliza la transmisión de conocimientos de la Madre Tierra a los seres humanos. Es conocida en el caso de Bernardo de Claravall -uno de los propulsores de la Orden del Temple- de quien se dice que se le apareció  la Virgen en sueños dándole su leche, que le sirvió para alcanzar el don de la elocuencia y la sabiduría. Las Cantigas de Santa María, de Alfonso X el Sabio, recogen el milagro de un monje que resucita (adquiere una nueva vida) cuando la Virgen le da su leche, «narrando el prodigio de la resurrección de un monje cisterciense, que obró la Virgen dándole leche de su seno». También se menciona este tipo de milagro en el Cancionero de Úbeda (1558).







La capilla de María Magdalena fue construida en estilo plateresco en 1536 y financiada por el mercader Arnau Batlle. Este retablo ha sido estudiado por José Luis Giménez en ‘El triunfo de María Magdalena’: la santa aparece en la parte superior “con vestidos suntuosos o inclusive coronada como merece el rango de princesa o reina, (…) muestra el fruto de su descendencia con Jesús. Quizás así, sí se pueda entender el hecho de que el rey o gobernador de Marsella aparezca de rodillas y en señal de adoración ante ella y ante la descendencia de Jesús. El resto de las iconografías representadas en el retablo, vienen a mostrar las imágenes características que identifican al personaje de María Magdalena según los textos bíblicos, (…) así como los pasajes correspondientes a la leyenda provenzal, y que muestran la predicación de María Magdalena en Marsella, la última comunión ofrecida por el obispo San Maximino o la elevación a los cielos de la Santa, acompañada por seis ángeles.”



El retablo de la capilla de María Magdalena, donde se reproduce la leyenda provenzal de María Magdalena y su hijo/a llegando al sur de Francia


María Magdalena llega extenuada a las costas del sur de Francia con su hijo/a. Su atuendo es el de una reina. El gobernador de Marsella la recibe.

Otra escena del retablo que parece recrear otra vez la leyenda provenzal, con el mar y una barca que se aleja.