Monasterio de Sant Cugat del Vallés




El melocotón de piedra



En 1972, durante unos obras de restauración del monasterio, se encontró, escondido en un muro, un melocotón de piedra.

El análisis científico de la pieza sorprendió a todos. El melocotón de piedra era una idéntico a uno real: tenía tres capas: pulpa, hueso y piel con su pelusina; vitaminas a y b y minerales (carbonato de calcio en el centro, sulfato de hierro y ácido clorhídrico en la última capa).

La única explicación posible es que se trata de un melocotón convertido en piedra por algún proceso: lo que hoy conocemos como alquimia. Los científicos descartan que sea una escultura. Tiene pequeños huecos por los que se debió introducir un líquido para petrificarlo.


El melocotón del monasterio de Sant Cugat del Vallés. 
Foto: Internet

Data de unos 900 años, cuando el monasterio de Sant Cugat estaba en su máximo esplendor, pues dominaba una gran parte de lo que hoy es Catalunya y era el lugar donde se reunían Cortes y se celebraban reuniones de obispos catalanes. Montserrat y el monasterio de Sant Cugat eran lugares donde se practicaba la alquimia en la Edad Media; de Montserrat nos queda una extensa biblioteca de obras sobre la alquimia (que, a su vez, procede de la biblioteca de Sant Cugat) y del propio Sant Cugat, con este “melocotón pétreo”.

El melocotón pétreo se conserva en la actualidad en el Museo Arqueológico de Barcelona, guardado en una cámara acorazada.

Paracelso fue un alquimista, médico y astrólogo suizo que vivió entre los siglos XV y XVI. Se cree que logró la transmutación del plomo en oro. En su obra, LA NATURALEZA DE LAS COSAS nos explica fórmulas para la creación de piedra artificial, tanto silícea como calcárea (citado por José Luis Espejo):

"Hay que saber que si tomamos cualquier sílice, la sumergimos en agua corriente y, puesta en una cucúrbita, vertimos sobre ella su agua fluvial hasta llenar la cucúrbita, destilamos después hasta que la última gota ascienda y la piedra se seque y de nuevo llenamos la cucúrbita de esta agua y de nuevo realizamos la separación por medio de la destilación y hacemos esto tantas veces como sea necesario, veremos al final que la cucúrbita queda llena de aquella piedra... De esta manera veréis como en pocos días puede confeccionarse alquímicamente una piedra muy grande por la fuerza del archaeus [la fuerza que une los tres materiales básicos de la materia según la Alquimia: el mercurio, el azufre y la sal] cuando las aguas de la naturaleza no lo consiguen sino en muchos años. Si después rompes el vaso, obtendrás la sílice con la forma de dicho vaso".

"También pueden obtenerse perlas de forma, tamaño, belleza y esplendor tan similares a las criadas en la ostra, que no es posible diferenciarlas [Los organismos que no producen nácar se dice que producen “concreciones calcáreas” que son básicamente “perlas no-nacaradas”, hechas principalmente de calcita que es otra forma amorfa de carbonato de calcio (como el mármol, el hueso y los cascarones de los huevos)]. 

Debe procederse así: limpia la clara de huevo por medio de una esponja hasta dejarla perfectamente pura y mézclala después con el más hermoso talco blanco, o bien con polvo de nácar de la ostra, o bien con mercurio coagulado por medio de júpiter. Dilúleyo, entonces, en alcohol hasta obtener una pasta densa como una amalgama. Se pone a secar al sol o en un horno hasta que quede como un queso o un requesón. Finalmente, con esta pasta forma perlas que no debes echar a los cerdos... Si ves que no poseen el esplendor deseado, báñalas con clara de huevo y espera que se sequen de nuevo; así resultarán todavía más hermosas por fuera aunque su virtud interior sea la misma”.