Castillo de Loarre



Un poco de Historia




Castillo de Loarre


Se han encontrado en la zona monedas romanas, lo que hace pensar que aquí se levantaba el asentamiento romano de  "Calagurris Fibularia”. Muy cerca pasaba una calzada romana que iba de Zaragoza a las Galias, a través de los Pirineos por el valle de Hecho.

El castillo de Loarre fue construido a comienzos del siglo XI por el rey Sancho III el Mayor de Navarra, justo en la frontera con la taifa de Zaragoza, pues a pocos kilómetros se levantaba el castillo musulmán de Bolea.  En aquel momento los señores de Aragón eran vasallos de los monarcas navarros. El castillo formaba parte de una serie de fortalezas que constituían una línea defensiva del naciente Reino de Aragón frente a la taifa de Zaragoza. Uno de los primeros tenentes del castillo fue un tal Lope Sánchez, en 1033.

En el siglo XIII, el castillo de Loarre fue uno de los núcleos que se oponían a que Jaime I fuese nombrado rey, a la muerte de su padre Pedro II en la batalla de Muret. Esta facción nobiliaria pretendía que la corona pasase a manos del hermano de Pedro II, Fernando de Aragón. Jaime I sitió el castillo pero no lo atacó; esperó a que Fernando de Aragón renunciase a sus pretensiones al cabo de 2 años y así el monarca se hizo con el castillo sin esfuerzo bélico alguno. La orden de San Juan de Jerusalén se hizo cargo de Loarre.




El castillo se construyó en el siglo XI


El castillo ocupa un lugar estratégico, por varios motivos: a) domina toda la Hoya de Huesca y la riqueza agrícola de estas tierras, que llegan hasta el Ebro; b) se levantó frente a Bolea, cuando esta localidad era la plaza musulmana más importante de la zona, que defendía el acceso a la capital musulmana de Huesca; c) es la puerta de entrada a los Pirineos, por donde en aquellos momentos se extendía el Reino de Aragón y su capital, Jaca.

La construcción aprovecha una base de roca caliza que hace las veces de cimientos. De esta forma, se evitaba el minado de los muros, es decir, que el enemigo construyera un túnel subterráneo que hundiera el muro y abriera una brecha en las defensas que permitiría el asalto.




El castillo ocupaba un lugar estratégico, cerca de la ciudad  musulmana de Huesca y como puerta de entrada a los Pirineos


La construcción del castillo siguió varias fases. De la más antigua tenemos el edificio real, la capilla, el torreón de la Reina, el patio de armas, las estancias militares y la torre del homenaje (que fue en ese momento la torre albarrana). Son de estilo lombardo, como es común en el primer Románico de los territorios de Aragón y Catalunya.  Hacia 1071, reinando Sancho Ramírez, el castillo alcanza su forma actual, con varias construcciones y, sobre todo, la iglesia. La muralla es de 1287, aunque tiene tramos que pueden ser anteriores.

Cuando se construyó la iglesia, vivió aquí una congregación religiosa que al poco se trasladó a Montearagón, cerca de Huesca, buscando un clima más benigno. De esta forma, Loarre dejó de tener carácter monástico. Cuando los cristianos conquistaron la Hoya de Huesca, el castillo perdió su importancia estratégica y militar. En el siglo XVI, el núcleo de población se trasladó al actual pueblo de Loarre, buscando una zona más llana y más próxima a los campos.

Gracias a todo ello, el castillo de Loarre se ha mantenido a lo largo de los siglos en un muy buen estado, lo que le ha convertido en el castillo románico mejor conservado de Europa.




Es el castillo románico mejor conservado de Europa




Protección del Papa, para liquidar el rito mozárabe

Sancho Ramírez (1043-1094) consolidó y legitimó el Reino de Aragón haciéndose vasallo del Papa, para lo que realizó un viaje a Roma. Esta especial protección del papado hacia el naciente Reino de Aragón buscaba la liquidación del rito mozárabe, entonces imperante en España, y su sustitución por el rito romano. Aragón era la puerta de entrada hacia el resto de la Península. El rito romano se implantó por primera vez en San Juan de la Peña, cerca de Jaca, en 1071; le siguió la iglesia del castillo de Loarre.

Así se explica que el Papa calificara de Cruzada a las batallas por la conquista de Barbastro en 1073, anterior en 20 años a las Cruzadas que tuvieron Oriente Medio como escenario.





Vista aérea. La torre que vemos a la izquierda no es la albarrana sino lo que queda de un primitivo templo. La torre albarrana era la del centro de la foto, cuando el castillo aún no había tenido la ampliación de la iglesia y otras dependencias.

Sancho Ramírez otorgó el fuero de Jaca, lo que convertía a esta localidad en la capital del Reino y la afianzaba como un núcleo importante en el Camino de Santiago, favoreciendo su desarrollo económico y la afluencia de gentes del otro lado de los Pirineos.




Un recorrido por el castillo de Loarre

La puerta de entrada es románica. Da paso a una impresionante escalinata con bóveda de cañón y cenefa de ajedrezado jaques.



La actual entrada






La decoración de la parte superior de la puerta de entrada





La impresionante escalinata de entrada


La cripta fue construida en época de Sancho Ramírez. Se accede a ella por las escaleras de entrada, a la derecha. Aquí fueron depositadas las reliquias de San Demetrio. El recinto se conoce como cripta de Santa Quiteria.

La iglesia románica de San Pedro se levanta sobre la cripta. Tiene una sola nave, ábside semicircular y bóveda de cañón. Los capiteles del ábside están decorados con temas fantásticos, vegetales y bíblicos. Una cenefa de ajedrezado jaqués decora el lugar. Hay que destacar la enorme cúpula de 26 metros de altura, un prodigio de la arquitectura del momento.




La cripta guarda muchas sorpresas


Otras dependencias se abren en la planta donde se halla la iglesia: la vivienda de los canónicos y nobles, la cárcel (también usada como almacén) y la sala de armas.

En el piso superior encontramos el patio de armas y la pequeña iglesia de Santa María, que fue el templo original del castillo. También hay que mencionar un aljibe con capacidad de 8.000 litros, las estancias militares, la torre norte (hoy en ruinas), la llamada torre de la Reina y las cocinas. La torre del homenaje, con 31 metros de altura y 5 pisos, comunica con el castillo por un puente levadizo.

La muralla exterior tiene un recorrido de 172 metros y abarca un terreno de unos 10.000 metros cuadrados. Dispone de 11 torreones cilíndricos, a excepción de uno que es cuadrado.




La muralla



Un curioso retrete lo podemos encontrar en la zona de la “Puerta de los Reyes”, en el primer piso del torreón contiguo. Sin duda, dada la proximidad de la plaza musulmana de Bolea, era peligroso salir a campo abierto a realizar según qué funciones fisiológicas.



En muy pocos castillos encontraremos algo igual: un WC adosado a la muralla que da, al otro lado, al exterior





Desde el exterior de la muralla, la 'ventana' del WC acaba en pendiente



Las torres

A la entrada actual al castillo encontramos la ‘torre albarrana’. Se conocen con este nombre las torres exteriores a las fortificaciones, construidas para defender la entrada a las mismas. En realidad, se trata de una torre levantada sobre los restos de un primitivo templo románico que ocupaba este lugar, hoy desaparecido pero cuyas restos aún se pueden observar.

La Torre del Homenaje o residencia del señor del castillo tiene 31 metros de altura y está muy bien conservada. Esta era la torre albarrana original, que con la ampliación del castillo perdió su carácter y se integró en el conjunto fortificado.


Plano, según el tríptico informativo del castillo de Loarre. En rojo, el edificio inicial  de comienzos del siglo XI del rey Sancho III el Mayor de Navarra. En azul, la ampliación de 1071, reinando Sancho Ramírez. En verde, la muralla, del siglo XIII, construida sobre un muralla anterior.

Las zonas de mayor nivel energético son: la iglesia primitiva y la iglesia actual (25.000 Bovis) y sobre todo la cripta (26.000 Bovis), especialmente en la zona detrás del altar.





Influencias artísticas

Los motivos artísticos de Loarre son muy similares a los de la localidad francesa de Saint Sermin de Toulouse y Moissac, debidos al maestro Bernaldus Guilduinus.