Catedral de Roda de Isábena (Huesca)



Un poco de Historia


Roda de Isábena es el pueblo de España más pequeño (en la actualidad, menos de 50 habitantes) que dispone de una catedral. Por eso, su historia es tan interesante.

Hacia finales del siglo VIII, para proteger el territorio de la actual Francia, Carlomagno había conquistado a los musulmanes una amplia franja de terreno al sur de los Pirineos que se conoció como "Marca Hispánica". No constituía una unidad administrativa territorial, sino que era una serie de pequeños condados al frente de los cuales el monarca francés colocaba un funcionario de su Corte, aunque, con el tiempo, se harían hereditarios en el marco del sistema feudal de producción.


Ubicación de Roda de Isábena. (Mapa Guía Michelin)


Este es el origen del condado de Ribagorza y del de Pallars, en un principio bajo la autoridad del condado de Tolosa y que, en el siglo IX y con un tal Raimundo al frente, eran ya de hecho independientes. Como era lo habitual en ese momento, Raimundo trazaba alianzas con los musulmanes del sur o con los francos del norte según le convenía en cada caso.

Para consolidar el nuevo poder se acabó construyendo la catedral de Roda de Isábena. En un principio, la organización religiosa de la Ribagorza dependía del obispado de Narbona, quien actuaba a través del obispo de Urgell. Una de las preocupaciones  de Raimundo fue que el obispado de Roda fuera independiente de cualquier otra diócesis, y por ello nombró un obispo, aunque tuvo que echar marcha atrás al poco. Más adelante, un segundo intento en el 939 acabó con éxito. Finalmente, pues, la catedral de Roda se consagró el 1 de diciembre del 956.

La catedral ha sufrido modificaciones a lo largo del tiempo. Porche sur y torre del siglo XVIII

Hay que tener en cuenta que esta diócesis era de nueva creación, es decir, que no tenía un pasado visigodo que justificase que, una vez conquistada por los cristianos, se reimplantara en ella una sede episcopal. La intencionalidad política al crear la diócesis de Roda está muy clara.

En unos momentos de cierta debilidad de las autoridades ribagorzanas, la comarca fue atacada  en 1006 por el hijo de Almanzor, que redujo a ruinas a la catedral de Roda. Unos pocos años más tarde hizo acto de presencia Sancho el Mayor de Navarra, aduciendo derechos sucesorios, y anexionó una parte del territorio hacia el 1015, mientras que el resto del condado caía bajo el dominio de Urgell. En aquel momento Sancho el Mayor de Navarra era el monarca más importante de toda la España cristiana. A la muerte del navarro y, a continuación la de su hijo Gonzalo, se hizo con las riendas de la Ribagorza el monarca Ramiro I (1045), hijo natural de Sancho el Mayor, quien se intituló como Rey de Aragón, Sobrarbe y Ribagorza. Es el origen del Reino de Aragón.

El claustro de Roda es de una gran belleza

En este período, la catedral de Roda de Isábena fue levantada de nuevo y otra vez consagrada hacia el 1030. Los constructores lombardos fueron sustituidos por profesionales navarros, traídos por Sancho El Mayor, que cambiaron los planes de edificación del templo. Las reliquias de san Vicente, de san Valero y posteriormente de san Ramón -que fue obispo de Roda- aseguraban un flujo continuo de peregrinos.

Lo que representan en la formación del Reino de Aragón tanto San Juan de la Peña como Jaca en el Aragón occidental, lo es Roda en la zona oriental. Roda de Isábena hizo de freno a los intentos expansionistas del condado de Urgell, tras el que estaba el de Barcelona, y a las pretensiones del obispado de Narbona.

En la corte de Sancho III participaban los obispos de su reino: Pamplona, Aragón y Nájera. Incluso, cuando pasó a dirigir Castilla, incluyó en su corte a los obispos castellanos. Pero había un problema: Roda de Isábena estaba vinculada con el obispo de Urgell y, de rebote, con la sede episcopal de Narbona, es decir, con los condados catalanes. Era algo que Sancho III no podía controlar. Por eso, hizo que Roda de Isábena rompiera su vinculación con el obispado de Urgell.

Hacia el 1100, con la Reconquista trasladándose hacia el sur, Roda comenzó su declive. Perdió tierras a favor del obispado de Huesca y la sede episcopal se trasladó a Barbastro como paso previo a su traslado a Lérida cuando esta ciudad fuera conquistada, hecho que sucedió en 1149. En Roda quedó un cabildo, que aún la mantuvo durante 200 años como una de las diócesis más importantes de la España cristiana.

Fuente: https://mcarmenfer.wordpress.com/2011/08/28/la-edad-media-en-espana/





-> Cultura

Roda fue un importante foco cultural durante varios siglos. Además de la catedral, los monasterios de su diócesis realizaron una gran labor en la copia de manuscritos y en la recopilación de códices. Pero también aquí se redactaron obras religiosas, históricas e incluso algunos textos poéticos.

Desde un primer momento la diócesis de Roda contó con buenos intelectuales y buenos profesionales en el arte de copiar manuscritos. De finales del siglo XI y comienzos del XII conocemos el nombre de algunos: el archivero-historiador Domingo, Guidón, el biógrafo Alías, el poeta Simón y otros. De esta época son las "Crónicas Ribagorzanas" o de Alaón (nombre de un monasterio de gran prestigio muy ligado a Roda), el "Carmen Campidoctoris" dedicado al Cid Campeador o alguna obra sobre Ramon Berenguer IV (el monarca con el que, tras su matrimonio con Petronila, se formó la Corona de Aragón).

En el interior, el ábside está a un nivel superior a la nave para dar cabida a la cripta

El obispo Ramón consagró las iglesias de Tahull en 1123, pues el valle de Bohí estaba en ese momento bajo la autoridad religiosa de Roda, situación que se mantuvo hasta  mediados del siglo XII. Las iglesias de Tahull contienen una de las mejores representaciones de la pintura románica de Europa, con su Pantocrátor al frente.

Hay que destacar también el "Códice de Roda" o "Crónica rotense", de finales del siglo X. Es un manuscrito en latín creado en el monasterio de San Millán de la Cogolla y que permaneció en Roda durante siglos. Contiene datos históricos de los reinos de Asturias, Pamplona, y los condes de Aragón y Pallars-Ribagorza entre los siglos VIII y X, además de textos religiosos.