Catedral de Roda de Isábena (Huesca)


El claustro


El claustro data de los siglos XII ó XIII.  Los capiteles contienen en su mayoría motivos vegetales y geométricos. Tan sólo un par de capiteles presentan una serie de animales:

-> un caballo, dentro de un capitel con motivos vegetales
-> un perro, una liebre, un gallo y un personaje

El caballo o el conocimiento

El capitel del caballo simboliza el conocimiento del cosmos. El otro capitel es de simbología más compleja: el perro es guardián (quizás se refiere a la custodia de algún tipo de saberes o de la propia catedral como lugar de sacralidad) y fiel; la liebre o conejo simboliza a la Madre Tierra, que vive en el subsuelo y es lunar,  pues duerme de día y se mueve de noche; el gallo representa al sol, pues canta cuando el sol sale al amanecer. Posiblemente esta serie de figuras nos estén contando que la catedral de Roda guarda conocimientos de los antiguos saberes sobre la Madre Tierra y el Sol (el cosmos, el origen de la vida).

El perro guardián



Una liebre, símbolo de la Madre Tierra




El gallo, que simboliza al sol

En el centro del claustro, un pozo recibe las aguas de la lluvia. En las épocas de sequía, era la reserva de agua para la población de Roda. Tiene inscrita la fecha de 1068; ha sufrido, pues, muchas modificaciones a lo largo del tiempo.

El claustro, con el pozo en su centro

Algo muy interesante de este claustro es la cantidad de inscripciones necrológicas grabadas en las arcadas y en los muros laterales. Según Antonio Durán, el número de inscripciones es de 191, la mayor de un claustro europeo.




Hasta 191 laudas necrológicas 




Las inscripciones de "LUCIFER" y "ESPERUS"

Una de estas laudas funerarias contiene una inscripción muy curiosa. En su parte superior izquierda leemos la palabra "LUCIFER" y en la parte superior derecha "ESPERVS". Corresponde a un tal Raimundo, canónigo y archidiácono de Roda y prior de Lérida. Esta lauda se encuentra en una arcada del lado Este del claustro, la que da a la Sala Capitular. No deja de ser curioso que aparezca la palabra "lucifer", que en la tradición cristiana se refiere al diablo y no a otra cosa. 

Hemos de ir a la tradición clásica, en textos, por ejemplo, de Boecio y Cicerón: "lucifer" es "el que hace la luz", es decir, el sol que sale cada mañana, mientras que "Esperus" o "Vesperus" es la estrella de la tarde que hace que salga la luna y venga la noche. En ambos casos sería el planeta Venus (un símbolo femenino y, por lo tanto, relacionado con cultos matriarcales y con el ciclo eterno de muerte-resurrección), tanto en sus apariciones por la mañana como por la tarde. 


Como en el cristianismo “lucifer “ es satán o el diablo, la “estrella caída”, pues en la tradición bíblica las estrellas son ángeles, la inscripción de Roda de Isábena debe beber en otras fuentes distintas a la puramente cristiana, lo cual no deja de ser significativo en un templo de esa religión. Los griegos ya adoraban al dios “Fósforo”, el portador de la aurora; los romanos -como decimos más arriba- identificaban a “lucifer” (el portador de la luz) con el planeta Venus, que, en ciertas épocas del año, aparece por la mañana como estrella matutina y al atardecer es el lucero de la tarde. En el gnosticismo, “lucifer” es la figura que dirige las pruebas de los procesos de iniciación.

En cualquier caso, estamos ante un simbolismo que va más allá de la religión católica tal como hoy se entiende,  y que obedece al hecho de que la religión en el siglo XII estaba aún muy relacionada con las creencias paganas de las culturas anteriores. A las dos palabras de "Lucifer" y "Esperus" les acompañan dos flores hexagonales o "flores de la vida", que refuerzan este simbolismo del ciclo de muerte/resurrección.


En la decoración del Refectorio se han incluido algunos muebles del siglo XVIII de la antigua Botica de la Catedral. Aquí aparece un diablo con el fuego (la luz) en las manos; otra curiosa pervivencia de la figura de Lucifer a lo largo de los siglos en esta catedral.

El Refectorio está adosado al lado norte del claustro y actualmente es un restaurante. Contiene unas pinturas góticas del siglo XIV en muy mal estado, entre las que se adivina un Descendimiento, la Crucifixión y varias escenas de la vida de Cristo.

Pinturas del Refectorio: el Descendimiento

En el muro sur del claustro quedan restos de "opus spicatum", que seguramente corresponden a un edificio más antiguo. En la parte interna de las pandas aparece una decoración del llamado "ajedrezado jaqués", que tiene su origen en la ciudad de Jaca y de allí se extendió a muchos puntos, especialmente los relacionados con el Camino de Santiago.