San Bartolomé de Ucero (Soria)




Un poco de Historia



La ermita de San Bartolomé de Ucero, ubicada en el paraje natural del Cañón de Río Lobos (Soria),  fue construida en el siglo XIII, en estilo románico en transición al gótico. Aunque fueron los Templarios quienes la edificaron, hay quien argumenta toda una serie de teorías para demostrar lo contrario, tratando con ello de eliminar todo el significado simbólico y mágico que este templo encierra. La presencia de símbolos templarias en el interior de la ermita en lugares muy relevantes es prueba inequívoca de su adscripción al Temple. 

Además, está claramente documentado que en 1170 este territorio formaba parte de las donaciones a los templarios hechas por Alfonso II el Casto -monarca de la Corona de Aragón- cuando puso en marcha la repoblación de la actual provincia de Soria. Por otra parte, según dice el canónigo Vicente Núñez (investigador del siglo XX), en la obra de la ermita participaron zahoríes (radiestesistas diríamos hoy) templarios.



Vista general de la ermita

No se sabe si este templo formaba parte de un monasterio, que se conocería con el nombre de San Juan de Otero, pues no han quedado restos de otras construcciones aparte de la ermita.



La ermita equidista de los dos puntos septentrionales más extremos de España

Fue Juan García Atienza quien descubrió la equidistancia de San Bartolomé de dos puntos extremos de nuestro país: el cabo de Creus (Girona) y Finisterre (A Coruña), con una longitud aproximada de 527 km. en ambos casos. Estudios posteriores fijaron como punto más occidental el cabo Touriñán (A Coruña), pero el hecho de la equidistancia se mantiene inalterable.


La capilla sur, con el enigmático pentágono invertido



San Bartolomé

San Bartolomé es uno de los santos templarios más importantes. Así se indica en la Regla de esta Orden, escrita por Bernardo de Claravall. También tenía un papel muy relevante en el sistema de creencias de los cátaros.

Este santo fue desollado vivo pero no murió por ello, por lo que de esta manera alcanzó la inmortalidad. En realidad, su historia hace una referencia a los cultos paganos a la serpiente, animal que muda de piel cada año y al que por este motivo se le creía inmortal, que no moría nunca. La serpiente era uno de los seres esenciales en los cultos matriarcales en la Prehistoria, pues, además de su inmortalidad, vivía bajo tierra, dentro de la Madre Tierra, era como el emisario de la Gran Madre. En las sectas iniciáticas, la serpiente es la fuente del conocimiento, de forma que está en el origen del despertar (ciclo muerte/renacimiento) psíquico o espiritual de las personas; de la misma forma, San Bartolomé poseía todos los conocimientos y tenía poder sobre los demonios.



La portada

La fiesta de San Bartolomé es el 24 de agosto, fecha en que tiene lugar una romería de las gentes de la comarca a la ermita que nos ocupa. También es la fecha en que los romanos celebraban la fiesta de Jano, dios que asegura buenos finales a las cosas y que se colocaba en las puertas para propiciar una feliz entrada y salida de los lugares.