Catedral de Santo Domingo de la Calzada (La Rioja)






La Catedral

Las obras comenzaron a mediados del siglo XII, sobre la iglesia primera que había construido santo Domingo. La catedral se terminó en el siglo XIV, aunque se hicieron importantes reformas en el siglo XVI.

La construcción del templo es consecuencia del enfrentamiento entre el obispo de Calahorra y los monjes benedictinos de Nájera. El obispo quería hacer una demostración de autoridad con este templo, que iba a acoger el cuerpo de un santo muy venerado (santo Domingo había fallecido a principios del siglo XII) y prestigiando a una localidad que, de esta forma, iba a entrar en competencia con Nájera.

El maestro constructor fue un tal Garçión, personaje seguramente de origen francés. Levantó un templo tardorrománico, del que sólo se conserva la cabecera, pues el resto del templo corresponde al gótico y a los tiempos renacentistas. La planta es de cruz latina, con tres naves y capillas laterales. La orientación del templo es de 90º, es decir, a la salida del sol en los equinoccios.

La serie de capiteles historiados de esta cabecera y los de las cuatro pilastras que dan al presbiterio son un conjunto escultural de primerísimo nivel dentro del arte románico. Se estructuran a lo largo del deambulatorio que circunda el presbiterio. El deambulatorio es un elemento propio de los templos de peregrinación.


Vista general del templo. Al fondo, el ábside, con una de las grandes iconografías del románico europeo.


El coro data del siglo XVI, renacentista. Es de una gran calidad y está realizado en estilo plateresco.


El coro

El sepulcro de santo Domingo es de varios estilos: románico en la efigie del santo (siglo XIII), gótico en la mesa donde se describen los milagros del santo (siglo XV), y tardogótico en el templete que contiene el conjunto. Son tres piezas de tres sepulcros hechos en momentos diferentes.


Sepulcro de Santo Domingo



Escena representada en el sepulcro



Escena representada en el sepulcro



Escena representada en el sepulcro


Escena representada en el sepulcro

Bajo el sepulcro, la cripta del santo. El personaje arrodillado es un iniciado, con la rodilla destapada.

El gallinero es del siglo XV, gótico y policromado. Sirve para alojar a un gallo y una gallina vivos, que se reemplazan cada mes. Se ubica enfrente de la tumba de santo Domingo. Parece ser que desde épocas muy tempranas se permitía a un gallo y a una gallina vivir en la catedral: una bula del papa Clemente VI de 1350 otorgaba indulgencias a quienes ayudaran en el culto y que «mirasen al gallo y a la gallina que hay en la iglesia». Es de suponer que  por esas fechas ya era normal que estos animales residiesen en la catedral en alguna forma de cercado. Era creencia que si se les daba de comer, el peregrino culminaría con éxito su viaje a Compostela.



El "gallinero"

El retablo del altar mayor data del siglo XVI y es una de las obras más importantes de Damián Forment. Para recuperar el aspecto original del templo, se retiró de su ubicación inicial en el ábside y se colocó en una capilla lateral. Sus dimensiones son de 9 x 13 metros. A destacar los temas mitológicos que reproduce, pues, entre otras cosas, al poco tiempo el Concilio de Trento prohibiría el uso de seres mitológicos en los templos católicos.


El retablo es de Damiàn Forment


El claustro es mudéjar, del siglo XIV

La torre de la catedral no está adosada al edificio, sino que se construyó exenta. Data del siglo XVIII, en estilo barroco. Es la torre más alta de La Rioja. Otras torres se habían construido anteriormente, pero corrieron todas la misma suerte: una fue destruida por una rayo y otra no aguantó la erosión de las aguas subterráneas que abundan en el subsuelo de la catedral. La localidad se ubica sobre una laguna natural.

Las marcas de cantería son abundantes en el interior y en el exterior del templo. Son un total de 33.


Marcas de cantería (Wikipedia)

En el exterior, en la parte que corresponde a la cabecera, podemos admirar una serie de canecillos románicos. Destacamos: el perro que lleva una piedra en su boca, otro perro enseñando los dientes, el monje comiendo, Sansón y el león, y otros. En el primer caso -el perro y la piedra- se quiere simbolizar al fiel constructor que trae la piedra con que levantará el edificio.


Personaje en una mesa y ortos canecillos.



Personajes femeninos



Perro con una piedra en la boca y perro enseñando los dientes. Uno y otro simbolizan la construcción y la defensa del templo. Entre los celtas, el perro simboliza la lealtad y la protección. Aparece asociado al dios Sucellus, el dios que protege y facilita las cosechas. La diosa griega de la magia, Hécate, se transformaba en perro y una de sus funciones era proteger a los recién nacidos. En la Odisea tenemos el famoso perro Argos, que reconoce a su amo Ulises tras 20 años de ausencia de éste. 
En China, el perro Fu es una figura que encontraremos como guardianes a la puerta de los templos budistas, tumbas imperiales y edificios públicos: son los “perros de la felicidad” o “perros celestiales”, que simbolizan la protección y la lealtad. En muchas culturas, el perro hace de guía espiritual en algunas circunstancias, como por ejemplo en el tránsito hacia la muerte.




Cara



Serpiente y otros personajes


Hombre con objeto en las manos y mujer vieja



Figuras del interior de las ventanas


Ser mitológico y músico.-  La música tiene mucha importancia en la catedral de Santo Domingo. En el interior del templo podemos contemplar la imagen del rey David-músico como elemento central de todo el edificio. La música aparece asociada a otras disciplinas, como las matemáticas y la geometría. El maestro constructor de los templos religiosos debería también conocer el arte de la música para aplicar correctamente las proporciones basadas en las medidas de la armonía musical y de la aritmética y de la geometría. Se lograba también transformar el edificio de la iglesia en un resonante acústico impresionante, donde los cantos se percibían como una forma de música celestial.


Animal y personaje abrazando y besando a otro, mitad animal mitad humano. En las iglesias románicas son habituales las escenas de contenido sexual, en lo que se ha denominado como “Románico Erótico”. En la Edad Media se vive el sexo con más naturalidad que lo que nos han hecho creer. En torno al siglo XII aún están en primer plano ritos y costumbres que tienen su origen en la noche de los tiempos y que giran en torno a la Madre Tierra, la fertilidad de los campos, de los ganados y de las personas: la naturalidad de las relaciones sexuales, en definitiva. Esto forma parte de prácticamente todos los  sistemas de creencias hasta la llegada del Cristianismo. Las familias campesinos vivían en una sola habitación, por lo que las relaciones sexuales deberían ser absolutamente naturales (más “públicas”, podríamos decir) y desinhibidas.




Monje comiendo