Románico de Logroño y alrededores


Iglesia de San Bartolomé, Logroño

La iglesia de San Bartolomé se construyó entre el  siglo XII, en estilo románico,  y comienzos del XIII, cuando el gótico daba sus primeros pasos. Es el templo más antiguo de Logroño, junto con el de Santa María de Palacio. Las obras de construcción de estas iglesias fueron propiciadas por el hecho de que Logroño era una etapa muy importante en el Camino de Santiago.


La magnífica portada de la iglesia de San Bartolomé

Tiene planta de 3 naves, conservando el crucero y el ábside  semicircular románicos tras las obras de restauración del siglo XV. La fachada y la mayor parte del resto del edificio son góticos.

El elemento más destacado es su portada. Está dedicada a la vida de san Bartolomé. Aunque es de estilo gótico, se incluyeron  en ella imágenes románicas de otro templo anterior. Parece que recoge la influencia de la portada de San Esteban de Bourges.

En la parte sur vemos la capilla-panteón de los Márquez. Varios sepulcros góticos del siglo XIV están adosados a los muros laterales del templo.


Marcas de cantero. Fuente: Wikipedia

La torre de la iglesia es mudéjar, cuadrangular, y formaba parte de la muralla de la ciudad. Ofrecía un excelente dominio visual del Ebro y de los alrededores de la ciudad. Era la torre que defendía la puerta de Herbentia, cerca del antiguo ayuntamiento. Fue bombardeada por los franceses en 1521, que asediaron Logroño durante dos semanas,  y tuvo que ser reconstruida en el siglo XVI. Durante la Primera Guerra Carlista (siglo XIX) se colocó en esta torre un telégrafo óptico.

En el muro se incrustó un reloj de sol, pero se colocó al revés y jamás se pudo utilizar.

Tras la desamortización de Mendizábal, la iglesia se utilizó como carbonera y almacén de madera. Posteriormente, como hospital militar y otros usos.


El Juicio Final


La plaza de San Bartolomé, que se extiende a continuación de la iglesia, fue plaza de toros en la Edad Media, para pasar en siglos posteriores a representarse aquí obras de teatro y convertirse finalmente en mercado de abastos.

La orientación del templo es de 97º, muy cercano a la salida del sol en los equinoccios.



Un simbolismo muy interesante



Esta escena de la portada de la iglesia presenta un lenguaje simbólico muy interesante. El triángulo que la define es un triángulo áureo: la proporción áurea la encontramos en la naturaleza (girasoles, caracoles, hojas…), en el ser humano (proporciones entre diversas partes del cuerpo), en la arquitectura desde los babilonios y asirios (Partenón, pirámides…). Tiene una importancia tanto estética (las figuras con la proporción áurea son agradables a la vista) como mística (nos acerca a un sistema de creencias determinado).

Asimismo, la postura de las manos de la figura de Cristo es la misma que vemos en muchos Budas. Se trata de un “mudra”, gesto sagrado en el budismo y en el hinduismo: al contemplarlo, nos percatamos que este ser superior nos protege. El número de apóstoles, 12, es el mismo que el de muchos colegios sacerdotales de religiones de la Antigüedad (Egipto, celtas…).



La portada. San Bartolomé y la serpiente

En estilo gótico, del siglo XIV, con imágenes románicas de un templo anterior. Destacan las figuras del martirio de san Bartolomé, en la parte izquierda. Este santo murió desollado: las escenas representan el momento en que cinco verdugos le arrancan la piel y el momento en que el santo lleva su propia piel sobre sus hombros. Hay varias figuras de difícil identificación, entre ellas un hombre y una mujer vestidos a la forma del siglo XIII. En la parte derecha del pórtico se representa el hallazgo de las reliquias del santo y su traslado para ser enterradas, hecho que la tradición sitúa en el año 503.


Martirio de San Bartolomé. Una vez desollado, lleva su propia piel sobre sus hombros en la imagen más a la derecha.

En otras imágenes aparece Jesús atado a una columna (lado izquierdo), Jesús y las Tres Marías (lado derecho), un Descendimiento de la Cruz y otras que es difícil identificar porque están muy erosionadas, pero que seguramente pertenecen a la Pasión de Cristo.

En los capiteles vemos la expulsión de Adán y Eva del Paraíso, un alma (un niño) sostenida por dos ángeles ascendiendo al Cielo mientras que la mujer a la que pertenece expira en su cama, dos hombres sobre leones, dos figuras humanas y diversas figuras del bestiario medieval.

El tímpano representa el Juicio Final.


A la derecha, la mujer que expira mientras su alma asciende al Cielo




Decoración de la fachada





San Bartolomé es la cristianización del culto pagano a la serpiente

La serpiente es un animal sagrado en los sistemas de creencias anteriores al cristianismo. Vive en el seno de la Madre Tierra y como cambia de piel cada año se la asocia a la inmortalidad, pues se cree que nunca muere.

Con san Bartolomé, el cristianismo nos presenta un santo que quita su piel exterior (la piel del pecado) y se queda con su piel interior (la piel de la salvación). Así nos los cuenta un texto católico del siglo XVIII: “La prudencia de la serpiente consiste en desnudarse de la piel antigua, y en vestirse de la nueva. Esto es lo que hace la Serpiente; en lo que la imitan los Fieles Discípulos del Señor, por su Celestial consejo. Mucho más fue lo que hizo San Bartolomé; pues desnudándose de su antigua piel, no quiso vestirse de otra, por estar más pobre, y más desnudo por Christo.” (Juan de Jesús María, De los misterios y de los santos más clásicos, 1718).


Figuras de la fachada de la iglesia de San Bartolomé


Miguel Ángel pintó su autorretrato en la Capilla Sixtina en la piel que lleva san Bartolomé en sus manos.

La festividad de este santo se celebra el 24 de agosto en Occidente.